No todos los días un objeto de fuera del sistema solar cruza nuestro vecindario cósmico. 3i/atlas, el tercer cuerpo interestelar nunca detectado por la humanidad, ha sorprendido a los astrónomos con características poco comunes: es más grande de lo esperado, brilla intensamente y parece carecer de actividad de comentarios. Su presencia, lejos de entregar respuestas claras, está generando nuevas preguntas sobre el universo profundo.
Un tamaño inesperado y una trayectoria imposible
Descubierto el 1 de julio de 2025 por el sistema Atlas, el objeto se vio 4.5 unidades astronómicas con un diámetro estimado de hasta 20 km. Según los modelos actuales, la detección de un cuerpo de esa magnitud antes de millones de objetos más pequeños es estadísticamente improbable.
Además, su órbita hiperbólica confirma que no pertenece al sistema solar: 3i/Atlas proviene de otra parte de la galaxia y no volverá. Su velocidad, más de 214,000 km/h, refuerza su naturaleza de visitante temporal.
Cometa o algo diferente?
Aunque inicialmente se pensaba que podría ser una cometa, su espectro no mostraba rastros típicos de gas o polvo. Solo un tono rojizo parece similar al de los objetos helados del cinturón de kuiper. Con la ayuda del telescopio de Géminis del Norte, los científicos capturaron una imagen que revela un posible coma compacto, pero la falta de actividad visible mantiene el misterio sobre su verdadera naturaleza.
Un archivo cósmico de hace 7,000 millones de años
Los primeros estudios sugieren que 3i/Atlas podría haberse formado incluso antes del sistema solar. Este detalle hace del objeto un valioso testimonio de los orígenes galácticos y un laboratorio natural para analizar los materiales virgen de una estrella distante.
Aunque no representa ningún peligro para la tierra, su enfoque máximo será de 240 millones de kilómetros, los astrónomos observan su paso con expectativa. En octubre, el enfoque del sol podría activar su núcleo, generando una cola visible que decoraría los cielos del hemisferio sur.
