El mercado laboral colombiano enfrenta varios desafíos que requieren una atención cuidadosa, especialmente en lo que se refiere a la generación de empleo y la reducción de la informalidad. Un aspecto crucial del debate actual es la reforma laboral que el gobierno propone, a la que se le plantearon 12 cuestiones en una consulta popular, con la posibilidad de que se reforme para incluir más aspectos. Según Luis Fernando Mejía, director del Centro Massar Fedsarrollollo, en una entrevista con El Tiempo, hay una expectativa de que estos cambios puedan tener un impacto considerable sobre pequeñas instalaciones comerciales, las cuales, de implementarse, verían un incremento mensual en sus costos laborales de aproximadamente un 10 por ciento.
¿Los problemas de la consulta popular abordan las preocupaciones del mercado laboral?
De acuerdo con críticos, los problemas planteados por el gobierno permanecen prácticamente inalterados desde las propuestas anteriores que ya fracasaron en dos ocasiones. Esto sugiere que, debido a la falta de cambios significativos, los resultados podrían ser similares a los que ya se han visto. Uno de los puntos críticos incluye el aumento del costo del empleo formal, lo que generaría, según estimaciones, un aumento inmediato de la informalidad en un 2 por ciento y la pérdida de aproximadamente 451,000 empleos. Los costos adicionales asociados con la formalización laboral son un factor que se ha obviado en el análisis.
Se prevé un incremento inmediato del 2 por ciento en la informalidad y la pérdida de alrededor de 451,000 empleos.
12 preguntas de la consulta popular Foto:Archivo privado
En resumen, los cuestionamientos persisten en torno a los mismos desafíos del proyecto original. La principal diferencia parece ser el componente que modifica los costos relacionados con las tarifas de cancelación, que ya eran considerablemente altos.
¿Cuáles son las preocupaciones más relevantes en la consulta?
Es fundamental que la dirección de la propuesta se modifique. Muchas de las preguntas están alineadas con la propuesta del gobierno anterior, que se centraba en incrementar los costos del empleo formal. Como mencionó en su momento la ex ministra de Trabajo Gloria Ramírez, esta reforma carece de un enfoque que busque la creación de empleo. Por lo tanto, se sugiere que esta reforma necesita ser revisada exhaustivamente para evitar perpetuar problemas de fondo como la informalidad.
Si bien hay aspectos que se pueden discutir, como las compensaciones adicionales, no deben ser los pilares de un ajuste que tiene como objetivo abordar la alarmante tasa de desempleo del 57 por ciento. Muchos de estos aspectos generan inquietudes, especialmente porque los suplementos propuestos son atractivos para los trabajadores, pero podrían afectar significativamente al sector comercial. Este sector depende de la flexibilidad laboral, especialmente en horarios de noche y fines de semana.
Lo que parece beneficioso para los trabajadores podría tener repercusiones serias para el sector comercial.
¿Qué impacto económico tendrían las preguntas planteadas sobre el costo del trabajo?
Las estimaciones actuales sugieren que los costos laborales para las microempresas aumentarían un 10 por ciento debido a estas propuestas, lo que representaría una carga considerable dado que estos negocios operan con márgenes de ganancia que rondan entre el 2 y el 3 por ciento. Esto podría llevar a una reducción en la generación de empleo formal, lo que sería un paso atrás en los esfuerzos por mejorar la situación laboral en el país.
Armando Benedetti y Antonio Sanguino presentaron las preguntas de la consulta en una conferencia de prensa. Foto:SERGIO ACERO / EL TIEMPO
¿Qué consecuencias podría tener el contrato de trabajo para los jóvenes aprendices?
Al analizar los datos de empleo, se observa que los jóvenes enfrentan las tasas de desempleo más altas del mercado laboral. Aunque la intención detrás de aumentar las compensaciones a los aprendices es loable, esto resulta en desincentivos para pequeñas y medianas empresas, que deben decidir entre operar de manera formal o informal. Si se requiere que estos negocios cumplan con regulaciones estrictas y se les obliga a pagar salarios similares a los mínimos establecidos, eso podría llevar a una disminución en la oferta de empleo formal. Es muy probable que estas medidas se conviertan en una barrera adicional para el acceso de estas personas al mercado laboral.
¿Qué piensas sobre las tasas preferenciales para empresas micro, pequeñas y medianas?
Existen ya elementos dentro de la política pública que contemplan este tipo de medidas, lo que significa que no deberían ser parte de las 12 cuestiones planteadas en la consulta. El gobierno nacional tiene la capacidad de implementar cambios en los mecanismos de incentivos y ofrecer tratamientos preferenciales a estas empresas a través de otras entidades, como Bancoldex. Aunque es una propuesta que merece un análisis, no debería estar incluida en esta consulta popular.
¿Qué debería incluir la consulta?
Desde nuestra perspectiva, la discusión sobre los cambios laborales no debería depender de una consulta popular. En lugar de centrarse en cuestiones puntuales, creemos que es más vital abordar la reforma a través del Congreso, enfocándose en aspectos que aumenten los costos laborales y en establecer incentivos que fomenten la generación de empleo.
La discusión sobre trabajo no debería abordarse a través de una consulta popular.
La informalidad ha alcanzado el 57 por ciento en Colombia, un dato alarmante. Foto:Jhon Jairo Bonilla
¿Qué acciones son necesarias para reducir la informalidad, mejorar la calidad del empleo y aumentar la productividad?
La informalidad en Colombia se sitúa en un alarmante 57 por ciento, con una gran parte de la población independiente que cuenta con bajos niveles de educación y salarios por debajo del mínimo. En este contexto, es esencial que se priorice la calidad, la capacitación y la relevancia del trabajo para equipar a las personas con las habilidades requeridas en el mercado laboral. Una de las principales razones tras la alta tasa de desempleo radica en la disparidad entre las habilidades que poseen muchos jóvenes y las que demanda el sector productivo. Por lo tanto, este debe ser un objetivo primordial de las políticas gubernamentales.
Además, es fundamental mejorar la protección de los trabajadores formales. En lugar de aumentar forzosamente los costos laborales, la alternativa más viable sería crear un seguro de desempleo no contribuyente que facilite a las personas, en especial a aquellas que ganan entre uno y tres salarios mínimos, el acceso a protección a través de financiamiento público.
Por último, debería también considerarse una reforma en el sistema de contribuciones al seguro social. Actualmente, el sistema es regresivo, haciendo que los trabajadores independientes contribuyan con una parte desmesurada de sus ingresos en comparación con quienes tienen salarios más altos. Esto sugiere que se necesita ajustar las tasas de contribución para incentivar la formalización, presentando así un beneficio tangible para los trabajadores.