El número de oficiales militares asesinados en el Departamento de Guaviario ha alcanzado la trágica cifra de siete, tras una emboscada llevada a cabo por disidentes de las FARC. Este ataque se produjo mientras los uniformados se estaban mudando, luego de haber completado casi cinco meses de servicio en funciones de seguridad en un espacio territorial destinado para la capacitación y reincorporación (ETCR). Este tipo de misión es especialmente bien recibida gracias a los avances del Acuerdo de Paz de 2016, que busca establecer un entorno pacífico y colaborativo en la región.
Entre las víctimas se encontraba el soldado profesional Jean Carlos Bolaño, quien inicialmente había sido reportado como desaparecido. Su muerte fue confirmada por el Ministro de Defensa, el general retirado Pedro Sánchez, quien expresó su fuerte condena hacia el despreciable ataque. Esa mañana, el ministro no solo se dirigió a la nación, sino que también expresó sus condolencias a las familias afectadas por la pérdida de sus seres queridos.
El general Sánchez fue contundente en su declaración: «Condené el asesinato de seis militares y el secuestro de otros cinco, quienes ya han sido liberados, así como el de uno más que permanece desaparecido. Este crimen fue perpetrado por los disidentes de un grupo armado que opera bajo el alias Calarcá, un individuo claramente vinculado a actividades ilegales y tráfico de drogas», comentó. Estas palabras reflejan la indignación ante la creciente violencia y el riesgo que enfrentan los miembros de las fuerzas armadas en su labor.
El ataque tuvo lugar el domingo por la mañana. Curiosamente, se atribuye a los disidentes de las FARC, quienes actualmente están involucrados en un proceso de diálogo formal con el gobierno. Esta circunstancia lleva al ministro Sánchez a considerar la opción de suspender estas negociaciones, diciendo que «suspender el proceso con los disidentes es una posibilidad que no se puede descartar», dada la gravedad de la situación.
Desde el ejército, se aclaró que los militares no estaban acampados, como habían afirmado los disidentes, sino que se encontraban en tránsito, dirigiéndose a un merecido período de descanso tras completar su misión de seguridad en el ETCR. Esto subraya aún más la falta de fundamento en las declaraciones de los disidentes de las FARC, quienes intentan desvirtuar la situación.
El general Sánchez también aseguró que las operaciones militares en la región no se verán afectadas. «Este ataque no limita el uso legítimo de la fuerza del Estado. Las operaciones ofensivas, la inteligencia y el trabajo de contrainteligencia continúan en progreso para garantizar la estabilidad y la seguridad en la zona», afirmó el ministro, reiterando el compromiso del gobierno con la paz y la seguridad en Colombia.
Hasta ahora, la única reacción oficial del presidente Gustavo Petro ha sido la orden de formar una comisión independiente para investigar a fondo los eventos ocurridos en Guaviare. Sin embargo, en medio de la conmoción y el dolor, las familias de los militares asesinados enfrentan la ardua tarea de organizar el funeral de sus seres queridos, un gesto que simboliza la pérdida irreparable y el costo humano del conflicto en el país.