La reciente caída del peso colombiano frente al dólar estadounidense ha despertado preocupaciones tanto en el ámbito local como en el internacional. Este descenso se atribuye a una combinación de factores internos y externos que están afectando la economía colombiana de manera significativa. A nivel local, se ha observado una continua disminución en los precios del crudo. Esta tendencia está vinculada a las especulaciones en torno a que la OPEP+ podría decidir aumentar su producción, lo que golpea la cotización del petróleo y, con ello, la economía del país. La reducción sostenida en los precios del petróleo afecta directamente las relaciones comerciales de Colombia y amenaza su estabilidad fiscal, sobre todo en un contexto en el que el país ha registrado un déficit comercial considerable, alcanzando los 1,240 millones de dólares en el mes de febrero. Esto se debe, en gran medida, a un incremento del 10.5% en las importaciones en comparación con el año anterior, impulsadas sobre todo por el aumento en las compras de combustibles, maquinaria y alimentos. Aunque este aumento en las importaciones puede reflejar una resistencia de la demanda interna, también genera una presión creciente sobre las cuentas externas de la nación.
Adicionalmente, la situación se complica por las recientes revisiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ajustó su pronóstico de crecimiento para Colombia para el año 2025, reduciéndolo del 3.0% al 2.4%. Esta revisión se debe a la desaceleración del impulso global y la persistencia de niveles elevados de inflación que están afectando tanto la economía local como la global. Esta reducción de la expectativa de crecimiento, junto con el deterioro del balance comercial, probablemente mantenga la presión de venta sobre el peso colombiano en el corto plazo, afectando la confianza en la moneda nacional.
En el contexto externo, el reciente rebote del dólar también ha impactado negativamente al peso colombiano. El presidente Donald Trump ha declarado que no tiene planes de despedir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, lo que ha generado alivio en los mercados, dado que fortalece la percepción de independencia del banco central de Estados Unidos. Esta calma en las instituciones financieras estadounidenses se ha visto acompañada por un giro más conciliador en la relación con China, lo que ha revitalizado el apetito por los activos de Estados Unidos, disminuyendo así el interés en las monedas de los mercados emergentes, entre ellas el peso colombiano.
De cara al futuro, el foco de atención para los analistas económicos y el público en general se centra en la próxima decisión sobre las tasas de interés que se tomará en la reunión programada para la semana siguiente. Tras haber mantenido las tasas en niveles estables en la última reunión, cualquier recorte que se implemente puede disminuir la atractivo del peso, lo que generaría presiones adicionales a la baja en su cotización. La evolución de estos acontecimientos es crucial para comprender el futuro económico de Colombia.