Todavía estamos en peligro

La ministra Ana Teresa Bernal ha señalado con firmeza la irresponsabilidad del alcalde Carlos Fernando frente a la crisis del agua que actualmente enfrenta Bogotá. Su crítica se centra en lo que considera una falta de seriedad y planificación por parte del gobierno distrital, que parece haber priorizado la confrontación política en lugar de ocuparse de un problema que afecta directamente el bienestar de la población. Según Bernal, el enfoque del alcalde es desmedido y carece de la visión necesaria para abordar la grave situación hídrica que se presenta en la ciudad.

Bernal ha manifestado que simplemente elevar la dosificación del agua no implica que Bogotá haya encontrado la solución a sus problemas de abastecimiento. «El riesgo relacionado con la construcción y el suministro de agua es un tema que persiste y que exige mucho más que simples anuncios publicitarios. Requiere un enfoque basado en la responsabilidad, la planificación meticulosa y un compromiso con la justicia y sostenibilidad en la gestión del agua», señaló la ministra durante su intervención en la capital.

¿Realmente hemos abordado la crisis?

La ministra no se ha reservado las críticas y ha cuestionado la efectividad del gobierno al afirmar que la retórica pública dista mucho de la realidad. Hizo una referencia clara a las alarmantes cifras de consumo de agua en la ciudad, recordando que en mayo de 2024 se activó una alerta al llegar a 16.25 m³/s. A pesar de esto, en abril de 2025, el consumo diario se mantuvo en 16.05 m³/s, lo que evidencia que el régimen actual no está reconociendo la magnitud del peligro al que se enfrenta la ciudad. «¿Realmente hemos abordado la crisis? ¡No! El gobierno está engañando a los ciudadanos con cifras que no reflejan la gravedad del diagnóstico», enfatizó Bernal con tono crítico.

Asimismo, la ministra ha reprochado los recientes anuncios sobre la normalización del suministro de agua, sugiriendo que están más orientados a generar una imagen positiva que a realizar un análisis técnico exhaustivo. Según ella, resulta alarmante la manera en que se envían mensajes de tranquilidad cuando las condiciones de la laguna y los patrones de consumo aún no permiten una disminución en la alerta sobre el agua.

Organizaciones

Ana Teresa Bernal ha expresado su preocupación por la falta de coherencia en las acciones del gobierno del distrito. Citó el hecho de que la resolución ambiental de Sabana fue rechazada recientemente, una medida crucial destinada a proteger los ecosistemas que son la fuente de agua para la ciudad. Además, advirtió sobre el deterioro de las políticas de protección de humedales, que son fundamentales en el contexto de la emergencia ambiental que se vive actualmente.

Bernal concluyó que la gestión administrativa ha resultado ser superficial y carente de una visión a largo plazo. «No podemos declarar una crisis mientras que las decisiones tomadas no protegen el equilibrio ambiental de la ciudad», afirmó. En este sentido, hizo un llamado urgente para establecer diálogos técnicos y responsables que estén libres de influencias políticas o celebraciones engañosas, ya que el futuro del agua en Bogotá está en juego.

Este asunto sigue siendo relevante y merece atención continua, ya que la cuestión del agua afecta a cada habitante de Bogotá y sus implicaciones son profundas en la calidad de vida de la población. La problemática hídrica no debe ser tratada con ligereza, dado que se trata de un recurso esencial para la vida.

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