Los concejales Marco Acosta y David Gerardo han tomado la iniciativa de presentar una carta al Ministro del Interior, Armando Benedetti. En este documento, los ediles expresan su solicitud para que se reconsidere el nombramiento de Richard Gamboa como director de asuntos religiosos. Esta decisión ha generado un considerable debate, y los concejales sienten que es importante exponer sus preocupaciones de manera formal. A través de la misiva, Acosta y Gerardo manifestaron su inquietud con respecto al perfil de Gamboa y los potenciales problemas que podrían surgir a partir de su designación. En particular, enfatizan cómo este nombramiento podría impactar las dinámicas entre el estado y los diversos sectores religiosos en el país.
Los concejales argumentan que la elección de Gamboa no solo suscita inquietudes dentro de la comunidad religiosa, sino que también puede alterar la relación interreligiosa que se ha trabajado arduamente por fortalecer a lo largo de los años. En la carta, se destaca que los criterios utilizados para esta selección deberían ser revisados y mejorados, considerando la importancia que tiene un liderazgo efectivo y comprensivo en esta área. La promoción de la libertad religiosa y la convivencia pacífica entre diferentes creencias son aspectos que deben ser priorizados y que, según los concejales, podrían estar en riesgo con la llegada de Gamboa al cargo.
Acosta y Gerardo hacen hincapié en que su objeción al nombramiento no se basa en cuestiones personales o prejuicios, sino en una evaluación objetiva y fundamentada de las capacidades de Gamboa. A través de argumentos técnicos, legales y éticos, señalan que se corre el riesgo de que el nuevo director no comprenda o no valore adecuadamente la diversidad de opiniones y creencias que existen en la sociedad. La coexistencia pacífica entre las distintas religiones es un pilar fundamental para el desarrollo social, y, según los concejales, este nombramiento podría suponer un retroceso en esos esfuerzos.
La reacción de la comunidad ha sido variada, y muchos se preguntan qué implicaciones prácticas podría tener la designación de Gamboa en el futuro. Las expectativas de los ciudadanos respecto a cómo se gestionarán los asuntos religiosos aumentan con cada nombramiento. Por lo tanto, queda en el aire la cuestión de si el nuevo director será capaz de establecer un diálogo constructivo con las diferentes comunidades religiosas y de responder adecuadamente a sus necesidades. En conclusión, la carta presentada por los concejales Marco Acosta y David Gerardo no es solo un acto administrativo, sino una manifestación del deseo de asegurar que el liderazgo en asuntos religiosos sea inclusivo y respetuoso con la pluralidad de creencias presentes en el país.