El debate sobre la objetividad de la bola dorada se resurta constantemente en el mundo del fútbol, aunque el triunfo de Ousmane Dembélé ha generado una aceptación mayoritaria porque se considera una opción justa y merecida
El sistema de votación del prestigioso premio siempre ha sido objeto de controversia debido a su naturaleza subjetiva, donde los periodistas de diferentes países pueden tener criterios dispares para evaluar el desempeño de los jugadores. Las críticas regulares incluyen el peso de los títulos colectivos en el rendimiento individual, la influencia de los medios de ciertos clubes y jugadores, y la tendencia a recompensar actuaciones sobresalientes en competiciones específicas como la Liga de Campeones o las Copas Mundiales. Sin embargo, la victoria de Dembélé ha sido ampliamente apoyada por su extraordinaria temporada con fuertes figuras y logros colectivos.
La aceptación general del triunfo francés sugiere que cuando hay una clara diferencia en el rendimiento y los logros, como en el caso de la temporada histórica de Dembélé con el PSG, las dudas sobre la objetividad del premio tienden a minimizar. Aunque la bola dorada nunca será completamente objetiva debido a su naturaleza de premio votada por los humanos con diferentes perspectivas, casos como el del fin parisino demuestran que cuando un jugador se destaca significativamente por encima del resto, el reconocimiento suele ser merecido y ampliamente aceptado por la comunidad mundial de fútbol.
