Un equipo de científicos en Irlanda ha desarrollado una innovadora prueba forense capaz de recuperar huellas dactilares en playas baleadas, incluso después de 16 meses. Este avance promete transformar las investigaciones criminales, superando uno de los mayores desafíos de la balística forense.
Una innovación que desafía el calor del tiro.
Durante años, los expertos en Criminalística se enfrentaron a una dificultad técnica: el intenso calor que se genera al disparar un arma borra casi por completo las huellas dactilares de los casquillos. Sin embargo, el nuevo método irlandés logra conservar y revelar esas marcas únicas, incluso después de largos períodos de exposición y manipulación.
Cómo funciona la prueba forense
El sistema utiliza un tratamiento químico avanzado que detecta residuos de aminoácidos y compuestos orgánicos que quedan en la superficie del metal. Gracias a esta técnica, los investigadores pueden visualizar rastros invisibles a simple vista sin alterar las pruebas, lo que aumenta la precisión en la identificación de los sospechosos.
Impacto en las investigaciones criminales
La posibilidad de recuperar huellas dactilares en casquillos disparados abre nuevas oportunidades para resolver casos antiguos. Además, mejora la cadena de custodia y fortalece las pruebas presentadas en las sentencias, donde cada detalle puede ser decisivo.
Proyecciones y aplicación global
Los investigadores planean compartir la metodología con laboratorios forenses de todo el mundo. Si se implementa ampliamente, esta tecnología podría convertirse en un nuevo estándar en la investigación balística y la lucha contra el crimen organizado.
 
								 
															





