Acusaciones serias después del empate contra Santa Fe
En medio de la jornada número 16 del Betplay Dimayor 2024, Boyacá Chicó ha desatado una controversia significativa al presentar una queja formal que pone en jaque la integridad del campeonato. Según información dada a conocer por el Boyacense Club, tres de sus jugadores fueron contactados con la supuesta intención de manipular el resultado del partido que sostuvieron el fin de semana pasado contra Independiente Santa Fe en el famoso estadio El Campín de Bogotá. Esta reunión, que finalizó en un empate 0-0, agora está bajo una intensa revisión tras las declaraciones emitidas por el equipo conocido como ‘ajedrez’, quienes decidieron tomar medidas drásticas y llevar el asunto ante las autoridades pertinentes.
El partido en cuestión, que ya ha sido sujeto de revisión por los diversos actores del fútbol colombiano, ahora enfrenta un escrutinio crítico luego del anuncio de Boyacá Chicó. El hecho de que un club de fútbol formalice una queja por arreglo de partidos es alarmante, y pone de relieve una posible crisis dentro del ámbito deportivo en el país. El Boyacá Chicó está actuando con toda la seriedad que el caso amerita, ya que de no abordarse, estas situaciones pueden deteriorar la confianza de los aficionados en la liga.
Amenazas por cuatro días: el número involucrado
En una declaración oficial que ha dado de qué hablar, Boyacá Chicó ha revelado que a lo largo de cuatro días, sus jugadores han sido víctimas de amenazas de muerte. El club ha identificado un número telefónico específico, 3159360079, desde el cual habrían llegado mensajes intimidatorios. Este documento formal fue enviado no solo a Dimayor, sino también a la oficina del Fiscal General y a la Federación de Fútbol Colombiana. “Nuestros jugadores han recibido llamadas que contienen amenazas de muerte, tras el aviso de uno de ellos de que habían sido contactados para arreglar el resultado del juego”, indica la carta dirigida a las autoridades.
La naturaleza de estas amenazas plantea serias preocupaciones sobre la seguridad y bienestar de los involucrados, y Boyacá Chicó está tomando todas las medidas necesarias para garantizar que sus jugadores se encuentren protegidos. El club también ha instado a las autoridades a actuar de manera rápida y eficaz en esta situación sumamente delicada.
Tres jugadores se separaron del equipo profesional
Como una reacción inmediata a estos eventos perturbadores, Boyacá Chicó decidió separar del plantel profesional a los tres jugadores implicados, aunque han optado por no revelar sus nombres públicamente en este momento. La dirección del club ha dejado claro que esta decisión fue tomada tras la recolección de pruebas que sugieren un posible intento de manipulación del resultado del partido, lo cual es un acto sancionado en el deporte.
Además, han subrayado que la revelación de esta situación apenas dos días después del encuentro tiene como objetivo principal evitar cualquier presión o sospecha que pueda recaer sobre jugadores, árbitros y otros actores dentro de la organización. La integridad del juego debe estar siempre por encima de los intereses individuales, y Boyacá Chicó parece estar dispuesto a defender este principio a toda costa.
La integridad de la liga, en cuestión
Este escándalo trae nuevamente a la luz preocupaciones sobre la transparencia y honestidad del fútbol profesional colombiano. La liga ya ha enfrentado un historial significativo de quejas similares, y este nuevo incidente exige respuestas claras y acciones decisivas por parte de las autoridades competentes. La reputación del fútbol colombiano está en juego, y es esencial que los organismos reguladores actúen con firmeza para restaurar la confianza pública.
Boyacá Chicó ha manifestado su intención de colaborar completamente con la investigación en curso y ha solicitado protección adicional para sus jugadores. Al mismo tiempo, el club reitera su firme compromiso con la limpieza y la integridad del fútbol nacional, un valor que debe prevalecer por encima de cualquier circunstancia.
