El alcalde del municipio de Ancuya, Dolores Portilla, ha señalado que el desafío que enfrenta su administración con cientos de víctimas de la actual temporada de lluvias no es un problema nuevo. De hecho, ha estado presente desde hace tres años, cuando se vivió una emergencia de naturaleza similar a la que se ha anunciado recientemente.
La situación ha llevado a la presidenta municipal a tomar la difícil decisión de reubicar a 239 familias que han perdido sus hogares. En este sentido, Portilla ha reiterado su urgente llamado a las instancias gubernamentales y a los consejos departamentales, subrayando que la comunidad se encuentra en medio de una crisis sensible que impacta a miles de personas y que debe ser atendida con la prontitud que requiere.
Afrontar el problema de la reubicación de estas 239 familias, tanto en áreas urbanas como rurales, se ha convertido en uno de los mayores retos. Este proceso debe llevarse a cabo de manera inmediata, priorizando la construcción de 45 casas en First Street, dadas las circunstancias urgentes que enfrentan estas personas. La situación es tan grave que cualquier retraso podría tener consecuencias nefastas para los afectados.
El alcalde enfatiza que se requiere una compensación adecuada que debe ser gestionada sin dilaciones para evitar que la tragedia se profundice aún más. El transporte de ayuda humanitaria es esencial para asistir a las familias que residen en lugares como Guapumay, Guayabal, Guadual, Long Stone y Floresta, que han intentado regresar a sus hogares, sólo para encontrarse con una dura realidad.
Dolores Portilla también mencionó que, debido al inicio de la nueva temporada de lluvias, la situación ha empeorado notablemente. Para abordar esta crisis, han preparado algunas tablas técnicas con el objetivo de encontrar una solución definitiva. En relación a esto, el presidente municipal ha llevado ya el problema a Bogotá, donde el Gobierno ha hecho algunas visitas para evaluar la situación.
“Sin embargo, con el incremento en las lluvias, las condiciones han empeorado de forma alarmante, y queda claro que el municipio carece de los recursos necesarios para atender adecuadamente a las víctimas de esta emergencia,” declaró Portilla. Esta falta de recursos financieros ha complicado severamente los esfuerzos de rehabilitación y ayuda.
Además, destacó que “desde la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos se ha propuesto la compra de terrenos seguros para el traslado de las familias afectadas. Sin embargo, el municipio no cuenta con la capacidad financiera necesaria ni dispone de terrenos adecuados disponibles.” Esta falta de financiación ha llevado a que las autoridades locales propongan soluciones más sostenibles, apelando a recursos del gobierno nacional. Pasaron ya dos años desde que se declaró la emergencia sin que se haya encontrado una solución efectiva, lo que agrava la desesperación de los ciudadanos.
Portilla resaltó también que existen problemas relacionados con 14 rutas urbanas y rurales, así como condiciones deplorables en el Puente Eduardo Santos, que ha sido significativamente afectado en la carretera que conecta Sandoná con Ahibuya. Este colapso en la infraestructura complica aún más el acceso a las áreas afectadas.
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