El Errores pasados que condujeron a la recaudación de impuestos de 2024.
Este análisis se centra en el proyecto de regulación que se propone elevar los ingresos que deben recaudar las empresas de un año a otro.
Durante el año 2024, se observó que el déficit fiscal alcanzó un alarmante 6.8 por ciento del producto interno bruto (PIB), lo que representa un aumento considerable respecto al 4.3 por ciento registrado en 2023. Esta situación se debe, en gran medida, a la disminución de la recaudación fiscal.
Germán Ávila y ex Ministro de Finanzas, Ricardo Bonilla.
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«Nunca antes en la historia se había registrado una disminución tan notable en el nivel de recaudación. Este resultado pone de manifiesto un desafío significativo para el gobierno en términos fiscales, presupuestarios y de liquidez, debido a una caída en la recaudación que no fue impulsada por un aumento legítimo de ingresos, lo cual ha comprometido varias áreas del presupuesto», declaró el ex ministro de finanzas, Diego Guevara, durante la presentación del plan financiero.
La razón detrás de esta situación es clara: luego de una recaudación fiscal excepcional en 2023, que alcanzó el 16.7 por ciento del PIB, los objetivos fijados por los gobiernos y los analistas eran, sin duda, ambiciosos. Sin embargo, la expectativa de crecimiento de la economía no se cumplió, lo que llevó a una caída en la recaudación real.
Me dirigí a lo que pasó
En el año 2023, según el comité autónomo de la Regla Fiscal (Carf), la inusitada recolección de impuestos fue impulsada, entre otros factores, por el notable crecimiento económico de 2022, que alcanzó un 7.3 por ciento, junto a los altos precios del petróleo y el carbón, que incrementaron los ingresos fiscales. Además, la aprobación de una reforma fiscal a finales de 2022, así como un aumento en las retenciones y progresos de ingresos también jugaron un papel importante en este incremento.
«El problema radica en que se establecieron metas excesivas en 2022. La recaudación no se reinvirtió adecuadamente», advirtió el ex ministro de finanzas, Ricardo Bonilla.
Mantener la fuente permite que los impuestos progresen.
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Esto significa que durante el año 2023, a través del mecanismo de retención en la fuente, se adelantaron importantes sumas del impuesto. No obstante, en 2024, dado que la economía creció a un ritmo considerablemente más bajo, fue incapaz de recabar tanto porque, en primer lugar, los beneficios obtenidos fueron menores, y, en segundo lugar, ya se había consumido una parte importante de la recaudación del año anterior.
Finalmente, se observó un crecimiento económico del 1.7 por ciento en 2024, y la recaudación de impuestos fue 71.2 mil millones de pesos inferior a lo que se había planificado inicialmente en el presupuesto. Varios expertos coinciden en que esto tendrá implicaciones fiscales significativas para el presente año.
Esta situación obligó al gobierno a reducir el presupuesto general de la nación en 28.4 mil millones de pesos el año pasado. Además, el presupuesto proyectado para 2025 se presentó con un déficit de 12 mil millones de pesos, en un contexto de una reforma fiscal que no se logró aprobar en el Congreso.
Por tanto, a principios de este año se ha producido un retraso en la ejecución de varios proyectos, incluyendo importantes obras de infraestructura como la primera línea del Metro de Bogotá.
Luis Eduardo Llinás Chica, actual director Diana.
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¿Y qué pasa con la nueva regulación?
En medio de la incertidumbre fiscal que marcará el año 2025, Carf estima que el objetivo para la recaudación de impuestos será de 299.9 mil millones de pesos. En este contexto, el Ministerio de Finanzas, liderado por Germán Ávila, ha emitido comentarios sobre la revisión para aumentar las tasas de retención en la fuente en varios sectores.
«Las condiciones económicas actuales justifican esta revisión. Los cambios en las tasas de las empresas permitirán una mejor distribución de la recaudación entre diferentes periodos a lo largo de 2025», se menciona en el documento presentado.
Por ejemplo, la extracción de gas de hulla, gas natural y oro, que actualmente cuenta con una tasa del 2.20 por ciento, podría incrementarse a un 4.50 por ciento, lo que según algunos especialistas podría poner en riesgo la liquidez de estas empresas.
«Esto afectará la caja y la liquidez de todas las empresas, a la vez que impactará al gobierno en el año 2026, que deberá enfrentarse a esta situación», advirtió Bruce Mac Master, presidente de Andi.
Asimismo, el documento incluye propuestas de tarifas para otras actividades. Entre ellas, se destacan empresas dedicadas a fotografía, turismo, creación musical, peluquería, seguridad privada y educación universitaria, que se verán afectadas con impuestos del 1.20 por ciento. Otros sectores como la producción de arroz, café, ropa al por mayor, calzado y alimentos están incluidos también, así como la industria maderera, petroquímica y de plásticos.
«El proyecto propone que la mayoría de los sectores se desarrolle a una tasa del 2.2 por ciento», explicó el Observatorio Residencial Maurito, «lo cual podría afectar la capacidad de consumo e inversión, además de disminuir los ingresos fiscales efectivos en 2026.»
¿Cuánto se espera que recolecte?
Luis Eduardo Llinás, director de Diana, comenta que la mayor retención en la fuente para 2025 resultará en menores saldos a pagar y progresar para el año 2026. «Esperamos una recaudación total de 7.38 mil millones de pesos, que se prevé sea un aumento solamente para las actividades económicas que aún tienen tasas de retención más bajas que su carga tributaria.» Esto se anticipa a través del uso de información sobre ingresos y mantenimientos de retenciones de 2023 y 2024.
Los precios más altos estarán en el sector petrolero.
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Sin embargo, para Luis Fernando Mejía, director del Centro de Pensamiento de Fedsarrollo, las expectativas de recaudación son incluso más optimistas. Según sus cálculos, las nuevas tasas de retención del impuesto sobre la renta implicarían un aumento en la recaudación anticipada de hasta 13.9 mil millones de pesos (0.8 por ciento del PIB).
«Esto volvería a cometer un error similar al de 2023, y también se agrava por el hecho de que no se aprobó una nueva reforma fiscal. Esta situación abriría una amenaza fiscal adicional en el próximo año, ya que sería como si el trabajador solicitara el anticipo de sus salarios de 2026 para cubrir las necesidades de 2025. La única forma responsable de proceder sería reducir los gastos, lo que en el caso de los hogares significaría adaptarse en su consumo; y en la situación del gobierno, la reducción del presupuesto en 28 mil millones de pesos, como hemos advertido en diversas ocasiones desde el año pasado», expresó.
Finalmente, el ex Ministro de Finanzas, Juan Camilo Restrepo, argumenta que la predicción sobre la retención propuesta por el reglamento parece que cubre el hueco del año 2025, abriendo otro igual de amplio para 2026.
«Esto ya ocurre de manera cíclica: el dinero que debería recaudarse en 2024, a través de un incremento en la retención del 2023, está generando un déficit para 2023 que se replica en 2024», concluyó.