
El 14 de mayo de 2025, Colombia formalizó su entrada a la iniciativa de la franja y la ruta de China, también conocida como la «ruta de la seda». Este ambicioso plan global tiene como principal objetivo fortalecer las conexiones comerciales e infraestructurales entre diversas regiones del mundo, incluyendo Asia, Europa, África y América Latina. Hasta la fecha, más de 150 países han unido esfuerzos a este proyecto desde su lanzamiento en 2013. Sin embargo, la participación no ha sido uniforme; varias naciones han tomado la decisión de alejarse o reevaluar su papel en esta iniciativa, lo que ha generado un ambiente de incertidumbre y ha suscitado discusiones sobre los riesgos y beneficios de la colaboración con Beijing.
¿Qué significa esta adhesión para Colombia?
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Colombia ha llegado a aclarar que el acuerdo alcanzado en el ámbito de la “ruta de la seda” no es vinculante. Es importante destacar que no se trata de un tratado o un memorando de entendimiento que conlleve obligaciones legales. Cada proyecto que surja de esta colaboración será evaluado de manera individual por ambas partes involucradas. Según la información proporcionada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, se ha establecido que la prioridad será el desarrollo de proyectos de cooperación que no requieran reembolso, así como financiamiento en condiciones favorables en áreas clave, como la transición energética, el sector de los agronegocios, la salud, la inteligencia artificial y la infraestructura tecnológica.
El gobierno colombiano ha afirmado que esta decisión se orienta a posicionar a Colombia como un socio estratégico dentro de Asia, al mismo tiempo que se asegura de no comprometer la soberanía nacional ni deteriorar las relaciones con las naciones occidentales. También se mencionó que la intención es que los proyectos resultantes beneficien a regiones históricamente relegadas o marginadas en el país, ayudando a impulsar su desarrollo económico y social.
¿Por qué otros países han dado un paso atrás?
A pesar de la inicial expansión del proyecto, un número considerable de naciones ha decidido distanciarse de la iniciativa. Un ejemplo notable es Italia, que se convirtió en el único país del G7 en unirse formalmente al proyecto, pero dio un paso atrás en 2023, tras determinar que no había obtenido los beneficios económicos deseados. Panamá, que había firmado su adhesión en 2017, también se separó del acuerdo en 2025 con el nuevo gobierno de José Raúl Mulino, motivada por factores internos y el interés de fortalecer las relaciones con los Estados Unidos.
Además, los países bálticos —Lituania, Letonia y Estonia— han expresado preocupaciones, en parte debido a tensiones diplomáticas con China. En América Latina, naciones como Argentina, Uruguay y Chile están reevaluando su grado de compromiso con la iniciativa, mostrando preocupación por temas que abarcan la transparencia en los préstamos y la sostenibilidad de la deuda.
Críticas y advertencias a nivel nacional
La reciente entrada de Colombia en la ruta de la seda ha generado un clima de controversia y debate nacional. El exsenador David Luna ha solicitado al presidente Gustavo Petro que aclare el alcance de este acuerdo, señalando que «los colombianos merecen saber qué se firmó en Beijing, qué compromisos se asumieron y de qué manera se beneficiará al país».
José Manuel Restepo, exministro de finanzas, ha expresado su preocupación al advertir que esta iniciativa podría tener repercusiones negativas para la industria nacional, ya que podría abrir la puerta a prácticas comerciales desleales. Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), ha cuestionado si la iniciativa realmente traerá beneficios, expresando que «China no tiene interés en adquirir productos con valor agregado».
La congresista Katherine Miranda ha insistido en que el Congreso debe participar activamente en el análisis de estos acuerdos: «No podemos ser meros espectadores. Es necesario evaluar si estos compromisos pueden afectar la soberanía económica y política del país».
 
								 
															





