Dicen «la consulta va porque va». Este término significa intención de imponerlo, autoritarismo,, ya sea un mecanismo significativamente menos eficiente para los trabajadores o que la legislación decida negarlo.
La reforma de la fuerza laboral estuvo en el centro del debate nacional durante más de dos años. Desde el momento en que sabíamos la intención del gobierno de procesar el proyecto que reformará el mundo del trabajo, recibimos optimismo de noticias, porque el trabajo formal es, sin duda, la mejor manera de generar capital y oportunidades en la sociedad.
Contrariamente al trabajo formal, son el desempleo y la informalidad, los mayores problemas de nuestro mercado laboral. Además, la mayor causa de la desigualdad de nuestra sociedad.
Bruce Mac Master, presidente Andi. Foto:César Melgarjo
Los números son irresistibles. Hay aproximadamente 24 millones de personas económicamente activas en Colombia. De estos, 2.3 millones de desempleados y 21.7 millones de trabajos. Y aquí, la mayoría de las preocupaciones, 12.4 millones de personas son trabajadores informales. Incluyendo aquellos que se llaman una cuenta proporcional, que es más que el eufemismo para llamar a las personas en «búsqueda». Solo 9.3 millones se encuentran en el mercado laboral formal y son parte de la discusión que se lleva a cabo cuando se habla de la reforma laboral.
Cada vez que vemos los indicadores de desigualdad, tendemos a culpar a este problema solo a las diferencias en los ingresos entre las capas más bajas y más altas. Es cierto que al calcular las diferencias entre los trabajadores formales e informales pesan mucho más. La evaluación del ingreso general de lo informal nos da a recibir un ingreso mensual de 977,000 pesos, mientras que los trabajadores formales totales reciben un promedio de más de 2’300,000 pesos. Para poder agregar que la diferencia en términos de protección social es inmensamente. Persona en la informalidad sin descanso, discapacidad, desempleo, pensiones, horas extras, domingo o vacaciones, no tiene contrato; En otras palabras, estos son «trabajadores sin ley».
Por esta razón, insistimos tanto, desde el comienzo del proceso, que estamos preocupados por el mercado laboral, tratamos de tratar de corregir esa gran distorsión. La increíble respuesta dada por el Ministerio de Trabajo es que esta reforma no fue una reducción en el desempleo o una reducción en la informalidad. ¿No vamos a enfrentar estos problemas entonces? Posición completamente inconsistente porque es visible que las preguntas tengan una conexión íntima con la estructura regulatoria.
Senado plenario de la República en la que se discutió aprobar el asesoramiento popular. Foto:Milton Díaz / Tiempo
El Congreso es un guión para la discusión y la toma de decisiones sobre las enmiendas a la ley, incluidas las leyes que son el resultado de mecanismos democráticos como el asesoramiento popular. Si las consultas populares declararon que los colombianos quieren cambiar la ley, el siguiente paso sería el debate sobre la ley en el Congreso.
Por esta razón, es incomprensible que los partidos gubernamentales y el propio gobierno prefieran insistir en su idea para mejorar el asesoramiento popular, en lugar de procesar la reforma en el Congreso. La discusión de la reforma no significa en ningún caso adoptar todo lo que el gobierno quiere ser aprobado, bajo castigo amenaza con producir un levantamiento en las calles. El gobierno parece ser particularmente incómodo de tratar de aceptar casos en los que la autoridad legislativa no apruebe sus iniciativas.
Esperamos que el pacto histórico y el gobierno nacional muestren su preparación para organizar la reforma en el Senado del Senado plenario, y en paz con la Cámara evitando en el medio de esos días complejos. Porque todos son buenos.
Bruce Mac Master
