Recientemente, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, sorprendió al mundo con una propuesta osada dirigida a su contraparte en Venezuela, Nicolás Maduro. En una oferta que ha capturado la atención internacional, Bukele sugirió liberar a 252 prisioneros políticos en su país a cambio de la misma cantidad de prisioneros en Venezuela, quienes se encontraban atrapados en los Estados Unidos. Con este acto, Bukele intenta establecer un acuerdo humanitario que pondría a prueba la voluntad de Maduro para cooperar en asuntos delicados relacionados con derechos humanos y justicia social.
En su cuenta de X (anteriormente conocida como Twitter), Bukele formuló su propuesta mencionando específicamente a aquellos migrantes que están siendo retenidos en el Centro de Confintación del Terrorismo (CECOT) de El Salvador, conocido por ser un centro de máxima seguridad. A pesar de la gravedad de las acusaciones que enfrentan estos prisioneros, Bukele sostuvo que, a diferencia de los prisioneros políticos en Venezuela, estos individuos han sido condenados por crímenes que son verificables y tienen un trasfondo claro frente a la ley.
Entre los nombres que Bukele puso en la mesa se encuentran figuras emblemáticas de la oposición venezolana, como el periodista Roland Carreño, la activista Rocío San Miguel y la reconocida Madre Maria Corina Machado, además de Corina Parisca. Esta mención no solo subraya la seriedad de la propuesta, sino que también refleja la inclinación de Bukele a involucrar a personajes significativos que simbolizan la lucha por la libertad en Venezuela.
Reacción de Venezuela: Un Enfrentamiento Diplomático
La respuesta del gobierno de Nicolás Maduro fue inmediata y contundente. Tarek William Saab, Secretario de Justicia del régimen chavista, tachó la propuesta de Bukele como una «declaración sospechosa», exigiendo de manera categórica una lista detallada de todos los prisioneros en El Salvador junto con su estado legal, salud y verificación de derechos humanos. Saab dejó en claro que la proposición de Bukele no era más que un intento superficial de distorsionar la realidad de la situación carcelaria en su país.
Además, Saab no dudó en acusar a Bukele de operar «fuera de la ley» y violar los derechos humanos, argumentando que el mensaje del presidente salvadoreño implica que los ciudadanos en cuestión están siendo secuestrados. La gravedad de sus palabras se intensificó cuando Saab comparó el trato a los prisioneros en El Salvador con «prácticas nazis de mediados del siglo XX», una acusación que no pasa desapercibida en el escenario internacional.
Un Escenario de Presión Internacional y la Dinámica Política en Juego
La propuesta de Bukele emerge en un contexto de creciente presión internacional contra el régimen de Maduro. Este gobierno ha sido acusado de crímenes de lesa humanidad por el Tribunal Penal Internacional, con organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional denunciando sistemáticamente la tortura, la desaparición forzada y el encarcelamiento arbitrario que persiste en Venezuela.
Simultáneamente, El Salvador ha alcanzado un acuerdo con los Estados Unidos para facilitar la movilidad de migrantes, un tema que ha cobrado relevancia desde 2023. No obstante, algunos de estos migrantes enviados desde los Estados Unidos a El Salvador han sido vinculados, según las autoridades, con el grupo delictivo conocido como el tren Aragua, lo que ha complicado aún más la situación en la región. Pese a las diversas acusaciones y la polarización en el discurso político, Maduro ha sostenido que en Venezuela no existen prisioneros políticos, alegando que todos han sido arrestados por crímenes comunes o conspiraciones al margen de la ley.
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