
El 20 de abril de 2025, la nave espacial Lucy de la NASA logró algo impresionante al capturar una serie de imágenes del asteroide Donaldjohanson. Este asteroide es un fragmento que se separó de otro asteroide hace aproximadamente 150 millones de años, y su estudio se ha convertido en una parte crucial de las investigaciones que realiza Lucy. Este sobrevuelo es un precursor emocionante antes de que la misión continúe hacia los asteroides troyanos de Júpiter en el año 2027, que representa la meta principal del programa.
Desde la Tierra, los astrónomos habían realizado estimaciones sobre la forma y el tamaño de Donaldjohanson, creyendo que tenía una forma alargada y un tamaño aproximado de 4 kilómetros de longitud. Sin embargo, las imágenes enviadas por la nave Lucy han sorprendido a la comunidad científica al revelar que las dimensiones reales del asteroide son mucho más grandes, con medidas de 8 x 3.5 kilómetros, lo que indica que la magnitud de este objeto es considerablemente mayor de lo que se había anticipado inicialmente.
Hallazgos clave del desbordamiento
Las imágenes obtenidas por Lucy han proporcionado detalles sin precedentes sobre la superficie de Donaldjohanson. Uno de los hallazgos más fascinantes ha sido su estructura, que revela que se trata de un asteroide de contacto. Esto significa que está compuesto por dos cuerpos celestes que en algún momento de su historia se fusionaron, generando una serie de características únicas.
La unión de estos cuerpos ha dejado una zona de contacto que presenta múltiples marcas de impacto, mostrando que la fusión ocurrió hace millones de años y que Donaldjohanson ha enfrentado diversas colisiones desde ese momento. Estos impactos han dejado cicatrices visibles en la superficie, lo que nos permite entender su historia y evolución.
Lo más sorprendente es que esta misma estructura ya había sido observada previamente en Dinkinesh, otro asteroide que fue analizado por Lucy durante su vuelo en 2023. Esto sugiere que los eventos de fusión entre asteroides han sido más comunes de lo que se pensaba en el cinturón de asteroides, lo que proporciona una nueva perspectiva sobre la evolución de estos cuerpos celestes a lo largo del tiempo.
¿Qué sigue para la misión?
Lucy ahora continuará su trayectoria en el espacio, con su próxima gran aproximación programada para el año 2027, cuando alcanzará a Euríbate, uno de los asteroides troyanos que orbita alrededor de Júpiter. Este sobrevuelo es una oportunidad invaluable para analizar en mayor detalle las características de estos antiguos cuerpos celestes que han estado orbitando el sistema solar desde sus inicios y podrían proporcionar información esencial sobre la historia del mismo.
Cada descubrimiento realizado por Lucy no solo incrementa nuestro conocimiento sobre los asteroides, sino que también ayuda a desentrañar los eventos de impacto, la formación y la evolución de estos cuerpos celestes, lo que a su vez es fundamental para entender la historia del sistema solar en su conjunto. La misión sigue con la expectativa de arrojar luz sobre secretos que podrían ser determinantes respecto a la formación de los planetas y los procesos que han dado forma a nuestro entorno cósmico.
Con cada sobrevuelo, Lucy ha demostrado su destreza en exploración, enfrentándose a nuevos retos a medida que avanza su viaje por el espacio. El éxito que ha tenido hasta el momento resalta la importancia de estas misiones en la búsqueda de respuestas sobre los orígenes del universo y la complejidad de nuestro sistema solar.
 
								 
															





