
Aunque la Cámara de Representantes aprobó el texto final de la reforma de las pensiones, el proyecto aún no será válido el 1 de julio como se anunció. El tribunal constitucional debe revisar el procedimiento antes de convertirse oficialmente en la ley.
El 28 de junio, con 97 votos a favor, la Cámara decidió dar la bienvenida al texto previamente aprobado por el Senado. Esta votación respondió al requisito del Tribunal Constitucional, que había devuelto el proyecto para una irregularidad en su proceso. A pesar del apoyo legislativo, todavía hay un paso fundamental: la revisión final del Tribunal Superior.
Durante el día, se descartó para abrir los artículos de discusión y votó en el bloque, lo que permitió avanzar rápidamente, aunque sin modificaciones de fondo. Según el presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca, al adoptar el texto del Senado, no será necesaria una conciliación entre las dos cámaras.
¿Qué falta para que la reforma entra en vigor?
Después de la aprobación, el Congreso debe enviar un informe al Tribunal Constitucional que detalla cómo se solucionó el error procesal. Solo si el tribunal válido que se corrigió el vicio del proceso puede autorizar la promulgación de la ley. Por esta razón, se descarta la fecha del 1 de julio por su entrada en vigor.
Además, el Tribunal Superior tiene varias demandas que cuestionan el contenido de la reforma. Esto implica que, más allá de verificar el procedimiento, el tribunal podría intervenir en elementos específicos, lo que podría retrasar o modificar el diseño final del nuevo sistema de pensiones.
Presión del gobierno
El gobierno nacional ha enfatizado la urgencia de implementar la reforma, argumentando que su entrada en vigor beneficiaría a miles de adultos mayores que no reciben una pensión hoy. El presidente Gustavo Petro ha reiterado el llamado a las fuerzas políticas para priorizar esta transformación del sistema.
Entre los cambios centrales planteados por la iniciativa se encuentran la creación de un pilar de solidaridad para adultos mayores sin pensión, la modificación del esquema de cotización y una nueva distribución de funciones entre colpensiones y fondos privados. El objetivo: expandir la cobertura y garantizar la sostenibilidad al sistema de pensiones del país.
 
								 
															





