Una fuerte controversia estalló en el municipio de Honda, Tolima, después de conocer la decisión del gobierno nacional de reubicar a 38 familias desplazadas del catatumbo en la propiedad de La Condesa. El alcalde Juan Enrique Rondón García refutó esta determinación, asegurando que no hubiera una consulta previa o un análisis profundo de las condiciones del lugar. Según el informe oficial del Ministerio de Planificación Municipal, la tierra tiene graves deficiencias que ponen en riesgo la vida de futuros habitantes.
El informe técnico, fechado el 26 de junio de 2025, indica que el acceso a la propiedad está deteriorado y arriesgado. Los edificios están visiblemente afectados, sin baños funcionales, sin agua potable y con la presencia de plagas. A esto se agrega un mayor peligro: la propiedad es cruzada por un poliducto y una tubería de gas, lo que aumenta significativamente el riesgo de aquellos que pueden habitarla. Una de las dos construcciones de dos historias tiene un deterioro estructural avanzado que podría causar su colapso.
Además de las malas condiciones físicas de la tierra, la propiedad de La Condesa está completamente aislada. El hospital más cercano es de 37.8 kilómetros, y la policía debe viajar 34.4 kilómetros que cruzan los límites departamentales para llegar allí. La escuela más cercana es de 33 kilómetros, y no hay instituciones educativas rurales en el área.
El plan de desarrollo local también incluye trabajos de salud, educación o infraestructura en ese sector, lo que genera una preocupación aún mayor contra la viabilidad de la reubicación. Las autoridades locales y departamentales insisten en que los derechos de estas familias víctimas del conflicto no pueden ser violadas, exponiéndolas a un entorno sin condiciones decentes. El gobierno de Tolima también expresó su incomodidad debido a la falta de articulación institucional y la ausencia de participación regional en la toma de decisiones.