El alcalde Jóhana Aranda ha cumplido con lo que había prometido: realizó un notable cambio en su administración al tomar distancia de su predecesor, el ex alcalde Andrés Hurtado. Para ello, hizo cambios significativos en su equipo, seleccionando a tres figuras clave de su junta, lo que evidencia su intención de reconectar con la estación democrática mediante un enfoque más transparente y distanciado de la gestión anterior.
Juan David Ortiz, el jefe de comunicación, se pronunció sobre la creciente preocupación respecto a la imagen negativa del presidente entre los ciudadanos. De acuerdo con diversas fuentes gubernamentales, se sostiene que la política implementada por Aranda no ha logrado mejorar la percepción pública, lo que es especialmente evidente en áreas como la implementación de políticas públicas y la cercanía con la ciudadanía, aspectos que son fundamentales para fortalecer la confianza del público en su liderazgo.
En este contexto, Magda Gisela Herrera, quien se desempeñaba como secretaria general, también ha decidido dar un paso al costado. Su salida se considera significante, ya que era vista como una de las principales aliadas de «rodajas» dentro del municipio. Este movimiento refuerza el análisis sobre las acciones que se están llevando a cabo entre Aranda y su predecesor, quien había sido un aliado notable durante la campaña electoral. El alejamiento de Herrera podría señalar un cambio de rumbo en la política municipal, buscando nuevas alianzas y enfoques.
Además, se presentó Jonathan Suárez, el secretario de infraestructura y ex alcalde de Primo Hurtado, quien ha estado supervisando importantes proyectos como el Bridge on 60th Street y Centennial Park. Sin embargo, estos trabajos han avanzado poco, a pesar de varios anuncios recientes que prometieron progreso en el control previo. La falta de avances claros en estos proyectos genera incertidumbre sobre la dirección futura de la infraestructura en la localidad.
Aunque aún no se ha emitido una declaración pública detallada al respecto, se rumorea que Iván Quesada podría ser considerado para un puesto relevante, mientras que Leandro Vera sería trasladado al desarrollo social. Ambos cambios representarían no solo una respuesta a la necesidad de un equipo de trabajo más cohesionado, sino también una política de reconfiguración en el ámbito político, en un intento de revitalizar la imagen del alcalde y su administración.
Un aspecto esencial que subyace en esta evolución política es la distanciamiento respecto al Partido Demócrata. Aunque fue la misma comunidad la que aportó considerable apoyo durante la campaña de Aranda, figuras recientemente destacadas como Holman Guevara y Felipe Ferro han manifestado críticas sobre el impacto duradero que Andrés Hurtado todavía ejerce en el gobierno local. Este tipo de cuestionamientos revela las tensiones existentes y la necesidad de establecer un liderazgo más fuerte y autónomo, capaz de enfrentar la asamblea tanto de oposición como de detractores dentro de su propio entorno.
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