En medio de las crecientes reclamaciones por parte de la ciudadanía sobre la inseguridad que ha comenzado a afectar a la ‘perla’, la Departamento de Policía de Boyacá, junto con el Sijin, la Secretaría del gobierno de Duitama y la comunidad han llevado a cabo acciones decisivas que resultaron en el desmantelamiento de una banda altamente peligrosa, la cual estaba dedicada al robo de materiales de cobre e infraestructura relacionada con los servicios públicos en casa. Además, se han logrado importantes capturas de miembros de estructuras dedicadas al microtráfico, involucrados en delitos correspondientes al porte y consumo de narcóticos.
Las declaraciones del Secretario de Gobierno, Danilo Rodríguez, destacan que estos resultados son producto de un trabajo conjunto entre las autoridades y la comunidad, que ha comenzado a «tomar confianza con las instituciones y denuncia de manera oportuna». En dos meses, las autoridades han observado una disminución notable en crímenes como el robo a personas, lesiones personales, robo en residencias y en el sector comercial. Las detenciones son el resultado de un trabajo de investigación que se extendió por al menos 20 días, realizado en coordinación con diversas agencias de inteligencia. Sin embargo, persiste una pregunta crítica: ¿Cuánto tiempo pasarán estos delincuentes en las calles?
Es importante señalar que una captura es necesaria, pero no se trata de la única solución. Celebrar la detención de cuatro individuos es un paso positivo, pero no debe ser visto como la solución a un problema que es, en esencia, estructural. Se requiere prevención y no solo respuesta ante la criminalidad.
Las cifras importan, pero también existen vacíos
Los datos proporcionados por el grupo criminal del Policía Nacional son relevantes, pero el sistema sigue presentando fallas cuando se trata de mantener a los delincuentes en prisión. Según el Código Penal colombiano, aquellos capturados por robo calificado y agravado (artículos 239 y 240) podrían enfrentar penas de 6 a 14 años de prisión, y en el caso del tráfico de drogas narcóticas (artículo 376), de 8 a 20 años. Sin embargo, en la práctica, muchos de estos criminales regresan a las calles en cuestión de días o semanas, dado que el sistema judicial no siempre actúa con la firmeza que los ciudadanos demandan.
Por esta razón, aunque hay capturas, el miedo persiste. Cuando la comunidad llama a los cuadrantes en busca de ayuda y no recibe respuesta, o cuando se efectúa una denuncia y la patrulla nunca aparece, las cifras enumeradas en un informe no se traducen en una asistencia real que garantice la seguridad.
¿Dónde están las medidas estructurales?
La administración sostiene que «Duitama necesita proyectos realizables, un trabajo colaborativo en el ámbito, medidas administrativas contundentes y una comunicación asertiva». Hasta el momento, existe un consenso general al respecto. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿dónde están los programas de prevención? ¿Qué iniciativas se están tomando para evitar que cada vez más jóvenes entre 18 y 25 años se involucren en actividades delictivas? Es claro que nadie justifica la criminalidad, pero es vital abordar la raíz del problema y no simplemente resolver de manera superficial si aspiramos a recuperar el título de «capital cívica» para Duitama.
El desempleo y la falta de oportunidades laborales decentes en el municipio son cuestiones que no pasan desapercibidas. Aunque no se trata de un problema exclusivo de Duitama, es urgente que las autoridades enfrenten el problema subyacente. Porque sin una prevención social adecuada, el crimen continuará reproduciéndose, y las autoridades estarán atrapadas en un ciclo eterno: se capturan, se liberan; se capturan, se liberan.
¿Qué sigue?
La administración de Duitama debe tomar en serio el llamado de no conformarse con la captura de cuatro delincuentes. Se requiere una inversión en educación, cultura, empleo, salud mental, e incluso en la fuerza pública, pero en colaboración con programas sociales. Reconocemos que hay una mayor presencia de las autoridades en vecindarios y parques, así como una mayor disposición de la comunidad a denunciar. Sin embargo, es fundamental que las imágenes de capturas no se conviertan en el único contenido visible en las redes sociales institucionales, sino que también se muestre proyectos de impacto y acciones que realmente construyan ciudad desde la base. Solo así podremos romper el ciclo vicioso del crimen.
Es esencial comprender que no solo se trata de «mejorar la percepción de la inseguridad», sino también de asegurar que la presencia y los impactos del crimen se sientan de manera tangible en las calles. La sensación de impotencia sigue latente entre los ciudadanos de Duitama.
Pilas: denuncia, aunque la justicia inmediata no esté garantizada
Uno de los mensajes reiterados por las autoridades es la vital importancia de presentar quejas formales. Aunque esto no siempre se traduce en acciones contundentes al instante, permite que los casos sean incluidos en estadísticas oficiales, proporcionando al estado una visualización más precisa del problema.
Este sub-registro ha sido una de las razones por las cuales la información oficial a veces no coincide con la realidad que vive la ciudadanía. Por lo tanto, es fundamental que se haga visible el crimen no solo a través de redes sociales, sino que también seformalicen las denuncias para que se diseñen estrategias efectivas y respondan realmente a la realidad de Duitama.