Las autoridades de El Poblado, una zona residencial de Medellín, Colombia, han confirmado que la muerte de Geicimara de Almeida Gomes, una joven brasileña de tan solo 22 años, fue el resultado de un feminicidio. Este trágico suceso ocurrió el 10 de marzo, cuando Geicimara cayó desde el piso 16 del edificio donde residía, situado en Ciudad del Río. En un principio, se consideró la posibilidad de que se tratara de un suicidio, pero a medida que avanzaba la investigación, nuevos elementos surgieron, lo que llevó a las autoridades a replantear esta hipótesis.
Con el desarrollo de la investigación, se descubrió que la víctima había tenido una relación de pareja que había cambiado drásticamente en los días previos a su muerte. Al indagar más profundamente, los investigadores encontraron que el contacto de su pareja había desaparecido, lo que despertó sospechas sobre su posible implicación en el caso. Además, se encontró que el teléfono celular de Geicimara había sido sustraído, lo que podría ser una clave importante para entender los eventos que precedieron a su caída. Este desaparecimiento de evidencias digitales es un patrón común en muchos casos de violencia de género, lo que sugiere un intento de ocultar la verdad.
Por otro lado, varios vecinos del edificio manifestaron haber escuchado una fuerte discusión proveniente del apartamento de Geicimara el mismo día de su muerte. Estos testimonios fueron cruciales para reorientar la narrativa inicial del caso. La combinación de estos nuevos datos, junto con el análisis del Sistema de Información y Coexistencia (SISC), llevó a las autoridades a dictaminar que se trataba, de hecho, de un asesinato, y no de un suicidio, como se había especulado inicialmente.
Las repercusiones de este caso han conmocionado a la comunidad local y han despertado un debate más amplio sobre la violencia de género en Colombia. Las autoridades han subrayado la necesidad de actuar rápidamente para garantizar que los responsables sean llevados ante la justicia. La oficina del fiscal está en proceso de preparar una orden de arresto contra el presunto culpable, quien, según informes, habría huido del lugar después de los incidentes fatales. Esto subraya la importancia de un seguimiento detallado y eficiente en las investigaciones de feminicidios, garantizando que las víctimas como Geicimara no sean olvidadas y que sus historias lleven a la justicia.