
El país ha despertado una vez más en un estado de consternación tras el trágico asesinato del patrullero Rubén Darío Velásquez Guevara. Este brutal ataque fue llevado a cabo por individuos considerados como parte del ‘clan del Golfo’ mientras los agentes realizaban su labor en la carretera de Ciudad Bolívar – Bolombolo, en el departamento de Antioquia. El crimen tuvo lugar en la mañana de este martes, específicamente en el kilómetro 40 de dicha vía, un área conocida por ser escenario de frecuentes emboscadas contra los miembros de la fuerza pública. Las autoridades no han tardado en condenar este acto de violencia, manifestando su rechazo total hacia los grupos que ponen en peligro la vida de los uniformados.
En el ataque que resultó en el trágico fallecimiento del patrullero Velásquez, otro subintendente sufrió heridas que requirieron su traslado a una clínica en Medellín, donde está recibiendo atención médica especializada. Las autoridades han declarado que este suceso se inscribe dentro de un patrón más amplio de agresiones sistemáticas contra los miembros de la policía y del ejército, sobre todo en regiones del país donde operan bandas armadas organizadas. La presencia activa del ‘clan del Golfo’ en Antioquia ha elevado de manera alarmante el nivel de riesgo para aquellos que desempeñan funciones de control y vigilancia en el tráfico y la seguridad pública.
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Es importante señalar que este ataque no fue un evento aislado. Tan solo unas horas antes, en la noche del lunes, hombres armados dispararon contra el puesto de control de la subestación policial en Palermo, Magdalena, asesinando al subintendente Ronald Andrés Montañez Quijano. En un suceso igualmente devastador, los delincuentes quitaron la vida al patrullero Luis Andrés Camaña en Sahagún, Córdoba. Estos crímenes han aumentado de manera significativa el número de muertos en las filas de las fuerzas del orden en un lapso de pocas horas y evidencian una ofensiva sostenida y directa contra la policía y el ejército del país.
En conexión con este ambiente de violencia, también se ha informado sobre el asesinato del soldado Iván Ávila Sepúlveda en Córdoba. Esto se suma a la reciente masacre de siete militares en el Departamento de Guaviare, perpetrada por disidentes de la FARC bajo el mando del alias ‘Calarcá’. Entre las víctimas de este ataque se encontraba el joven Malbero Jean Carlos Bolaño Romo. Esta ola de homicidios se está considerando una amenaza seria para la seguridad nacional y pone de manifiesto la impunidad de las estructuras armadas ilegales que operan en diversas regiones del país.
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La Policía Nacional, junto con el Ministerio de Defensa, han expresado un contundente rechazo a estos ataques, haciendo énfasis en que las operaciones de control y seguridad se intensificarán en las zonas más impactadas por las actividades de los grupos criminales. Asimismo, han hecho un llamado a los ciudadanos, instando a colaborar con información que facilite la captura de los responsables. Es fundamental actuar con urgencia para fortalecer las estrategias de protección destinadas a aquellos valientes que arriesgan sus vidas diariamente para garantizar el orden y la seguridad en Colombia.