El ataque del clan del Golfo contra el ejército en Antioquia dejó a un soldado herido

Este último domingo, 20 de abril, el municipio de Murindó, que se encuentra en el corazón de la zona antioqueña de Urabá, fue escenario de un violento ataque dirigido contra las fuerzas de seguridad. Este evento sucede en un contexto ya tenso en la región, afectada por la creciente violencia y la actividad de grupos armados ilegales.

Alrededor de las 9:00 de la mañana, una patrulla perteneciente al Batallón de Infantería No. 46 Voltigeros fue blanco de un ataque por medio de dos artefactos explosivos improvisados. Este ataque se produjo cuando los soldados llevaban a cabo labores de vigilancia en un área situada a aproximadamente 150 metros del complejo militar y policial que se encuentra en la región, lo que subraya la audacia de los atacantes y la complejidad de la situación de seguridad en Murindó.

El caos que siguió a la explosión dejó como resultado un soldado herido, quien sufrió un impacto que le afectó la nalga izquierda, una herida que, aunque no mortal, requirió atención médica inmediata. Este soldado fue rápidamente asistido y trasladado para recibir el tratamiento necesario, lo que demuestra la preparación y eficiencia de los protocolos de emergencia en este tipo de incidentes.

Las fuentes del ámbito militar confirmaron que, tras lo ocurrido, se activaron los mecanismos de apoyo y urgencia para asegurar que el afectado recibiera la atención médica adecuada lo más pronto posible, subrayando la importancia de la logística en operaciones de seguridad pública ante situaciones de crisis.

La ofensiva no se detiene en Urabá: explosivos, tomas y miedo

El ataque fue especialmente brutal, con dos explosiones casi contemporáneas, seguidas de un intenso intercambio de disparos dirigidos a los soldados. Según los portavoces del ejército, estas acciones se dieron en el marco de operaciones rutinarias, donde los uniformados se encontraban en un proceso de exploración y reconocimiento de la zona, algo que evidencia la constante amenaza que enfrentan las fuerzas del orden en su esfuerzo por mantener la seguridad.

En respuesta a este ataque, se activaron planes de defensa destinados a asegurar la región y repeler cualquier intento adicional de agresión por parte de los perpetradores. La capacidad de respuesta es crucial en situaciones como estas, donde el riesgo de escalada de la violencia es alto.

Las autoridades han apuntado que el ataque está relacionado con la subestructura de Carlos Vásquez, parte del clan del Golfo, que es conocido como una de las organizaciones más activas y violentas en esta área. Este suceso pone de manifiesto la necesidad de una estrategia integral para abordar la seguridad en Urabá y otras regiones afectadas por la violencia armada.

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