
El sector gasolineras en Colombia enfrenta un escenario complejo caracterizado por la sensibilidad de la demanda a los precios de los combustibles, la regulación de los márgenes de comercialización y la presión tributaria que afecta directamente la rentabilidad de los operadores.
Según David Jiménez Mejía, portavoz del sindicato nacional de gasolineras, estos “Reciben un margen fijo por galón, determinado por la Comisión Reguladora de Energía y Gas (Creg), que no siempre cubre los costos operativos. especialmente en municipios alejados de los centros urbanos«La situación se complica por aumentos de precios, bloqueos o paralizaciones, que pueden reducir significativamente el volumen de ventas, y por tanto la rentabilidad esperada en el sector que crea cerca de 50.000 empleos directos en el país.
En este contexto, el sindicato busca un equilibrio entre regulación, competitividad y sostenibilidad empresarial, enfatizando la necesidad de políticas públicas claras que permitan una compensación efectiva y eviten el colapso de la cadena de distribución. En entrevista con EL TIEMPO, Jiménez Mejía describe en detalle los desafíos actuales del sector y las propuestas que garantizan su estabilidad en el mediano y largo plazo. temas que forman parte de la agenda del congreso anual que se llevará a cabo los días 6 y 7 de noviembre, en el Centro de Congresos del Hotel Las Américas de Cartagena, organizado por Comce Colombia y Fendipetóle, quienes se han unido bajo el lema “Somos uno”.
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¿Cómo describiría el momento que vive el sector servicios en la situación actual?
El Congreso Nacional de Estaciones de Servicio reúne la red de suministro de combustibles de Colombia, que consta de alrededor de 6.400 estaciones. Se trata de un servicio público esencial prestado por empresas privadas, que crea más de 50.000 puestos de trabajo directos. La situación nacional afecta a todas las estaciones, independientemente de su tamaño o ubicación, porque cualquier situación que afecte a la movilidad -incertidumbre, bloqueos o huelgas- tiene un efecto directo y proporcional en la venta de combustible.
David Jiménez Mejía, portavoz del gremio nacional de gasolineras. foto:comercio
Más concretamente, ¿cuánto les ha afectado esta situación en las ventas de combustibles?
Presentamos un informe trimestral que refleja la recuperación continua. La gasolina regular, por ejemplo, ha mostrado un crecimiento acumulado de 2,38 por ciento en lo que va de 2025 respecto al mismo periodo de 2024. Esto contrasta con la fuerte contracción de años anteriores, impulsada en gran medida por un aumento significativo en el precio por galón—67 por ciento desde que lo decidió el gobierno a fines de 2022—que ha pesado sobre la demanda por costos.
¿Cree que futuros aumentos, por ejemplo, del diésel, también podrían afectar a la demanda?
Sin duda el precio es el factor decisivo, pero no el único. La demanda también depende de los cambios en los hábitos de consumo, el teletrabajo, los vehículos eléctricos y la situación económica general. Hoy en día, la confianza de los consumidores está aumentando y esto está impulsando dinámicamente la demanda de combustible.
¿Qué tan factible es que se pueda cobrar una tarifa diferencial al diésel, en la que insiste el Gobierno?
El sindicato señaló al Gobierno las dificultades que tendría la introducción de un precio diferencial del diésel, especialmente en términos de costes empresariales. Actualmente, las gasolineras venden el galón de combustible al mismo precio, sin distinción entre tipos de vehículos. Establecer esta diferenciación supondría costes adicionales en un sector que ya afronta importantes retos de competitividad y sostenibilidad en todo el territorio. Si bien existe la tecnología para implementar la medida, los costos de inversión, operación y mantenimiento podrían ser altos. Por lo tanto, creemos que la eficacia de la propuesta podría lograrse por otros medios más eficaces. Sería esencial que el Gobierno evaluara estos costos y los comparara con los de alternativas menos onerosas desde el punto de vista operativo, antes de decidir si continúa con esta iniciativa.
El gobierno insiste en un gravamen diferencial en el precio del diésel, lo que generaría enormes costes. foto:archivo privado
¿Cómo afecta esto a la rentabilidad del negocio?
La rentabilidad del comercio minorista depende del volumen de ventas. Los distribuidores reciben un margen fijado por Crego de mil 099 pesos por galón, independientemente del precio final. Pero el gobierno afecta más del 80 por ciento del precio por galón a través de impuestos y recargos. Por tanto, cuando la demanda se contrae, afecta a toda la cadena, desde las refinerías hasta los puntos de venta.
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¿Tuvieron que cerrar estaciones debido a costos e impactos regulatorios?
No, a pesar de los aumentos en los costos laborales o los costos regulatorios, el trabajo se mantiene. Cada estación crea empleo directo y contribuye a la economía local. Los propietarios buscan rentabilidad y no despiden personal, incluso si se reduce el margen de rentabilidad.
Ustedes representan alrededor del 80 por ciento de las estaciones del país. ¿Esta red es suficiente para atender a la flota colombiana?
Sí, la flota se abastece desde las 6.400 estaciones actuales. Pero factores como la infraestructura vial, los múltiples oleoductos y la distribución importada afectan la disponibilidad. Por ejemplo, los cortes de carreteras crean estaciones secas, especialmente cuando alrededor del 40 por ciento de la gasolina existente se importa.
El precio de la gasolina. foto:iStock
¿Qué opina de la decisión del Gobierno de cerrar el Fondo de Estabilización de Precios?
Este fondo existe desde 2009, su déficit crea presión fiscal y puede aumentar el precio interno, afectando la inflación y el poder adquisitivo de la población. La política pública debe equilibrar la sostenibilidad fiscal con la estabilidad de la oferta y la rentabilidad del sector.
¿Son los márgenes actuales suficientes para sostener la operación?
Son insuficientes, especialmente para estaciones ubicadas en lugares remotos. Por ejemplo, una estación en un municipio que vende 5.000 galones mensuales genera un ingreso bruto de unos 5 millones de pesos, que cubre los costos de operación, operación y mantenimiento, lo cual es financieramente inviable y pone en duda la rentabilidad del negocio, especialmente en aquellas regiones más alejadas.
¿Qué ajustes proponen los empresarios para garantizar la sostenibilidad?
Que la tasa de retorno refleje las condiciones del mercado regional y que, en territorios remotos, se permita una mayor libertad regulada para fijar márgenes. Esto fomentaría la inversión privada y aumentaría la competitividad. Que en estos territorios se impulse más el régimen de libertad supervisada, es decir, que el margen de comercialización pueda ser determinado libremente por el operador del punto de suministro.
¿Qué tan grave es el contrabando y la informalidad en el sector?
Es un problema que afecta a la competitividad. El Ministerio de Minería y Energía cuenta con medios legales para monitorear y sancionar las irregularidades, incluido el cierre de instalaciones no autorizadas. Trabajamos juntos para garantizar el cumplimiento y evitar que el contrabando afecte a los operadores legítimos. Ser un servicio público esencial para los colombianos significa tratar siempre de trabajar de la mano con el Estado para encontrar las mejores soluciones y evitar situaciones de cuellos de botella o desabastecimiento que sin duda serían un desastre social porque se ve amenazado el suministro continuo, ininterrumpido y estable de combustible.
Lanzamiento de estaciones de carga rápida Terpel en Kali. foto:Iusef Samir Rojas
¿Cuál es su mayor preocupación para este sector?
Dos palabras: competitividad y competencia. Es crucial que la cadena de distribución tenga márgenes justos y que exista un mercado equilibrado para evitar la concentración, garantizar la inversión y asegurar el suministro en todo el país.
¿Cómo se preparan las estaciones para la transición a vehículos eléctricos e híbridos en Colombia?
Las estaciones de servicio están listas para ofrecer cargadores eléctricos rápidos, aprovechando su espacio, infraestructura y ubicación estratégica en las vías. Esto permitirá a los conductores viajar con confianza, garantizando una carga rápida. Para superar la falta de estaciones de carga, propusimos al Gobierno incentivos público-privados y la creación de rutas de estaciones eléctricas que estimulen la demanda de vehículos eléctricos.
¿Debería el Estado ofrecer incentivos para apoyar esta transición?
Sí, estamos hablando de gasolineras multimodales que dan servicio tanto a combustibles fósiles como a electricidad. A medida que crezca la demanda de vehículos eléctricos, se necesitarán cargadores y los incentivos ayudarán a rentabilizar la inversión y crear más cobertura de estaciones.
¿Cómo será la estación de servicio del futuro?
Será multimodal y ofrecerá combustibles fósiles, electricidad, hidrógeno y gas. Además, funcionará como centro de servicios complementarios, como minorista y otros bienes, adaptados a las necesidades del usuario.




