En la victoria, con 677 votos regresó al mandato

La extraordinaria elección en la victoria evidenció no solo la polarización política del municipio, sino también la fragilidad de la democracia local. Para un margen muy estrecho de solo 39 votos, Anatolio José Benito Alvarado regresó al puesto de alcalde, esta vez durante un período reducido de dos años y siete meses. Su victoria, lograda el 4 de mayo con el apoyo de la Alianza Verde y el cambio radical, fue reemplazada por Alcides Florido Pabón, cuya elección fue anulada por el Consejo de Estado después de verificar la transhumancia electoral. Este contexto revela matices complejos que merecen ser analizados detenidamente.

El resultado fue, al menos, apretado. De los 1.322 votantes habilitados, Benito Alvarado obtuvo 677 votos contra los 638 del solicitante liberal César Eduardo Palacios Florido, quien también ha sido ex presidente de la ciudad. Aunque numéricamente el margen fue mínimo, marcó políticamente el regreso de una figura que ya había liderado el destino de la victoria entre 2016 y 2019, ahora con la bandera de la coalición ‘pensemos Big’. Esta situación plantea interrogantes sobre el futuro político del municipio y la consolidación de los valores democráticos.

Anatolio, un comerciante de profesión y con un título de posgrado en gestión social, nuevamente asume la gestión municipal en medio de altas expectativas. Entre sus compromisos inmediatos, destacó obras estratégicas como la cobertura escolar, el parque central y la mejora del camino hacia Quipama. Estos proyectos son esenciales no solo para el desarrollo urbano, sino también para la cohesión social, y su implementación será observada críticos y ciudadanos por igual. La manera en que se manejen estos compromisos podría definir su legado y, a su vez, influir en futuras elecciones.

No obstante, su regreso no deja de despertar preocupaciones en diversos sectores de la población. ¿Es este un verdadero triunfo democrático o simplemente el reflejo de una maquinaria electoral efectiva? La baja diferencia de votos, la escasa participación y el reciente antecedente de una cancelación de elección, deberían invitar a una profunda reflexión sobre el curso institucional de la victoria. La desconfianza hacia el sistema electoral y la fragilidad de la democracia son temas que no pueden ser ignorados. Para muchos, este resultado es un recordatorio de que la democracia no es solo un proceso electoral, sino un sistema que debe ser robusto y transparente.

Por otro lado, el contexto de polarización política podría complicar la gobernabilidad. La posibilidad de alianzas estratégicas, así como la gestión de conflictos entre las diferentes facciones políticas, serán cruciales para la estabilidad del municipio. La relación que establezca Anatolio José Benito Alvarado con sus opositores y con la comunidad en general puede determinar el éxito de su administración. Así, la mirada crítica de los votantes se enfocará no solo en la ejecución de sus propuestas, sino también en su capacidad para fomentar un diálogo constructivo que respete y amplíe los principios democráticos que, lamentablemente, parecen estar en peligro.

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