Fumar blancos, segundo día del cónclave

La tarde del jueves fue testigo de un momento histórico en el Vaticano. Tras la cuarta votación del cónclave, los Cardenales lograron llegar a un consenso y finalmente eligieron al Papa número 267, quien se convierte en el sucesor de Francisco. Este evento es de suma importancia no solo para la comunidad católica, sino también para millones de seguidores en todo el mundo que observan con expectativa cada decisión tomada en la Ciudad del Vaticano.

Dominique Mamberti, el cardenal encargado de la presentación oficial del nuevo obispo de Roma, estará a cargo de revelar el nombre que tomará el nuevo pontífice durante su mandato. Este procedimiento es un rito que resalta la solemnidad del momento, añadiendo un sentido de reverencia hacia la tradición de la Iglesia Católica.

A las 6:07 de la tarde en Roma, lo que se considera un momento mágico ocurrió: el humo blanco comenzó a salir de la chimenea de la Capilla Sixtina. Este claro signo marcó la culminación de la espera, anunciando al mundo que se había logrado el consenso necesario para proclamar la noticia tan esperada: Habemus papam.

En las horas siguientes, se anticipa que el nuevo pontífice hará su primera aparición pública desde el balcón central de la majestuosa Basílica de San Pedro, cumpliendo con una tradición que se remonta a siglos atrás. Este momento no solo es un hito para el nuevo Papa, sino también un momento de encuentro con los fieles que han aguardado pacientemente en la Plaza del Vaticano.

En esta emblemática aparición, el cardenal Protodiácono, utilizando la fórmula de «Hannemus Papam», presentará al nuevo líder espiritual ante miles de fieles que se han reunido en la plaza, junto a millones de espectadores que lo seguirán a través de las pantallas de televisión en todo el mundo.

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El Vaticano anunció así Robert Francis Prévost, New Pope.
Fumata Blanca dejó la chimenea de la Capilla Sixtina y después de dos días de cónclave.
Dominique Mamberti, cardenal francés, está a cargo de ir al balcón de la Plaza de San Pedro para anunciar: «Habemus papam».

Habemus papam: el sonido de las campanas

La elección del nuevo pontífice no solo fue celebrada dentro del Vaticano; las campanas de la Giralda de Sevilla también resonaron en un claro signo de alegría. Este histórico campanario de la Catedral Hispana ofreció un «pino de primera clase», que es un toque especial reservado para ocasiones de gran solemnidad, como las misas de resurrección y las visitas reales.

Durante cinco minutos, todas las campanas de la torre sonaron en un repique armonioso y sincronizado, creando una atmósfera festiva que fue acompañada por las campanas de otras iglesias en la ciudad, incluida la parroquia de Santa Ana, situada en el vecindario de Triana. Este tipo de celebración es un recordatorio de la comunidad global que se une en momentos de importancia compartida.

El Secretario General de la ONU, António Guterres, no pasó por alto este evento y se tomó un momento para felicitar a los católicos de todo el mundo tras la elección del nuevo pontífice, después de la conmovedora fumata blanca que finalmente marcó el cierre del cónclave en el Vaticano. Guterres expresó que la Organización de las Naciones Unidas espera trabajar en colaboración con el nuevo Papa y enfatizó el respeto de la ONU por la memoria del Papa Francisco, cuyo legado perdura en el corazón de muchas personas.

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