Para los comerciantes en Colombia, la inminente posibilidad de que el país adopte nuevamente decisiones económicas erróneas, particularmente las relacionadas con el monto de impuestos mediante el uso de préstamos gubernamentales, ha generado preocupación. Esta situación se intensifica con la intención del presidente Gustavo Petro de no solo abandonar prácticas económicas responsables, sino que también parece que se busca un cambio drástico en la manera en que se manejan los recursos financieros del Estado.
Según palabras de Jaime Alberto Cabal Santamaria, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), «Los recursos que normalmente usarían, ahorrarían, invertirían o consumirían, deberían usarse para otorgar ese ‘préstamo’ gobierno». Esto, según su análisis, resulta en «un trastorno presupuestario grave y estados financieros que podrían ser perjudiciales».
En una reciente entrevista con El Tiempo, el representante de Fenalco también advirtió sobre la ineficiencia en la ejecución de recursos de inversión por parte del actual gobierno, indicando que es muy probable que se obtenga un nuevo ingreso solo para cubrir costos operativos, como los salarios de la burocracia, lo que no contribuirá a la reactivación económica del país.
¿Qué implica un decreto que transforme el sistema administrativo de impuestos en un programa independiente en su implementación para las empresas en el país?
La realidad es que la mayoría de los contribuyentes, especialmente aquellos que pertenecen al sector empresarial, podrían sufrir una reducción significativa en sus recursos disponibles, lo que podría llevar a una necesidad de recurrir a préstamos o, en el peor de los casos, a emergir del mercado. Esta situación, anticipa un descalabro en el presupuesto, afectando no solo a las empresas, sino a la recaudación fiscal que sería revertida a favor de la Dirección de Impuestos Nacionales y Aduanas (Diana) en un lapso que podría extenderse hasta 2026.
Uno de los efectos más críticos de esta política sería la posible confiscación de dinero en circulación en el mercado. Al anticipar el pago de impuestos, que se equipara a un préstamo, se reduciría la cantidad de dinero que habitualmente los ciudadanos usarían para ahorrar, invertir o consumir, llevando a una desaceleración de la economía nacional. La ineficiencia del gobierno en la ejecución de sus recursos solo complicaría aún más la situación.
Presidente Gustavo Petro. Foto:Presidencia
Con esta Colombia en marcha, ¿estamos expuestos a repetir los errores de medidas anteriores y sus consecuencias?
Una parte del déficit actual puede atribuirse a las decisiones tomadas por el gobierno en 2023, que incluyeron aumentos en la tributación y cambios que han desincentivado la inversión. Las proyecciones de recolección de impuestos para 2024 y 2025 no alcanzan las expectativas, en parte debido a la reducción en el comportamiento fiscal del país y el impacto de las políticas adoptadas hasta ahora.
La recuperación del sector productivo sigue siendo débil, y las medidas propuestas pueden contrarrestar esfuerzos económicos necesarios.
Claramente, opacar a las empresas en aras de satisfacer las demandas de una burocracia excesiva resulta contraproducente. Este gobierno ha demostrado ser lento e ineficaz en la ejecución de proyectos de inversión. Por ende, cualquier ingreso adicional se destinará a cubrir gastos operativos, como los salarios del aparato gubernamental, sin que esto represente un impulso significativo para la economía.
Fenalco señala que la reactivación de las ventas comerciales ha sido menos enérgica de lo esperado. Foto:Carlos Arturo García M.
Por otro lado, se intenta una sesión de presupuesto que, en lugar de aumentar la recaudación tributaria, podría crear más crisis.
Esta acción es vista como un signo de desesperación que, en lugar de cerrar brechas fiscales, probablemente las aumente aún más. Los mercados son lo suficientemente inteligentes como para identificar la inestabilidad de las finanzas públicas, lo cual podría traducirse en un aumento adicional del riesgo país y, como consecuencia, un incremento en la cotización del dólar.
A pesar de las recomendaciones, el sector público permanece obstinado en mantener gastos que agudizan la crisis fiscal.
La respuesta del gobierno frente a las dificultades en las finanzas públicas no ha sido la adecuada. Con la situación actual, la única estrategia que debe seguirse es la de ‘eficiencia.’ No puede seguirse extrayendo más recursos del sector privado, ya que eso solo resultaría en una fuga de capital y podría propiciar aún más corrupción.
La situación de incertidumbre va en aumento, lo que genera un caldo de cultivo propenso a problemas más graves. Es preocupante pensar que, en 2026, se podrían utilizar maniobras contables para intentar evitar el cumplimiento de las normas fiscales, lo que podría derivar en un aumento inmediato de la deuda pública y de los intereses asociados.
Para salvar el año, es necesario, garantizar la estabilidad, dejando la reforma que solo genera inseguridad.
Jaime Alberto CabalPresidente Fenalco
Desde la perspectiva comercial, ¿cuál debería ser el camino a seguir para intentar rescatar el año?
A inicios de este año, notamos que la reactivación económica no había sido tan robusta. El manejo desorganizado del gobierno y la llegada de emergencias económicas innecesarias han incrementado la incertidumbre, lo cual ha llevado a una caída de la inversión privada. De acuerdo con datos recientes, la inversión extranjera ha disminuido un 17.6 por ciento en 2024 y un alarmante 34.4 por ciento tan solo en enero de 2025.
No hay expectativas de un aumento significativo en la inversión pública este año, y el crecimiento previsto podría ser muy inferior a lo esperado. El escenario más negativo prevé que el crecimiento de nuestra economía se mantenga en cero, lo que sería sumamente indeseable aunque posible.
A pesar de que la economía colombiana ha demostrado una notable resistencia a diversas crisis, para asegurar que el año finalice de manera solvente, resulta esencial establecer condiciones de estabilidad y desistirse de reformas que solo propagan la inseguridad.
Los analistas coinciden en que una mayor inseguridad puede obstaculizar la caída de las tasas de interés, añadiendo obstáculos adicionales al crecimiento económico.
Afortunadamente, la junta directiva del Banco de la República se ha mantenido firme en su independencia y se ha mostrado cautelosa frente a las críticas del presidente Petro. La reducción de tasas de interés se espera que avance lentamente, en consideración a las turbulencias fiscales y la situación inflacionaria que persiste.
El Banco de la República, creado bajo la Ley 25, es visto como un bastión de estabilidad. Foto:César Melgarejo / Ceet
¿Qué tan negativos serán estos anuncios del gobierno en el transcurso del año?
Los gobiernos que dejan el poder a menudo se preocupan por dejar una buena impresión ante los votantes, sin embargo, este gobierno parece concentrar su interés en la administración del trabajo y la distribución de empleos, en vez de abordar los retos críticos que enfrenta el país. Es posible que pasemos a la historia como uno de los gobiernos menos competentes en la ejecución de presupuestos y proyectos de infraestructura.
Tras casi cuatro meses de 2025, ¿cuál es el panorama optimista para los comerciantes respecto al resto del año?
La incertidumbre sigue dominando las percepciones de los comerciantes. Según los hallazgos de nuestra revista económica, hasta marzo, el 62 por ciento de los empresarios afirmaron que la situación de sus negocios no solo seguiría igual, sino que podría deteriorarse. Este año, el crecimiento de las compañías ha quedado muy por debajo de sus expectativas. La incertidumbre en torno a reformas en proceso en el Congreso, así como los anuncios de consultas populares y nuevas disposiciones estatales en asuntos económicos, han contribuido a crear un clima de nerviosismo en el sector privado.
¿Es posible que Colombia crezca más del 2.5 por ciento como se pronostica? ¿Qué responde Fenalco frente a esto?
Es poco probable que se alcance esta meta de crecimiento, no solo por los fallos en la política económica y la falta de planes señales de reactivación, sino también por la parálisis de importantes inversiones. Los analistas internacionales están pronosticando más de un 50 por ciento de probabilidades de entrar en recesión este año, lo que podría llevar al PIB colombiano a crecer por debajo del 2.5 por ciento. Ante esta situación, se hace imperante que el presidente Gustavo Petro priorice la acción sobre la retórica para enfrentar estos desafíos y que las reformas se implementen de manera efectiva y significativa.