En un hogar en el que predominan los hombres, ella se destaca como la única mujer. Su esposo y sus cuatro hijos la acompañan en su día a día, una realidad que, aunque a veces desafiante, la motiva a ser una voz activa en su comunidad. Apenas tiene 32 años y se presenta como un «orgulloso ama de casa». Esta joven ha tomado la valiente decisión de fundar una organización que agrupa a más de 1,000 mujeres de diversas partes del país. Karen Peña considera que ha llegado el momento de abordar abiertamente temas como la economía del cuidado no remunerada, así como los derechos sociales y políticos de aquellas que, por elección, han decidido permanecer en el hogar. Su proyecto de vida, «A +», ha captado la atención y reconocimiento en varios ámbitos. Ha sido invitada a participar en paneles en congresos, llevando su mensaje a redes sociales y conferencias en distintos escenarios, lo que ha propiciado un impacto considerable.
Hubo un tiempo en que pensó que la oportunidad de una propuesta para la presidencia podría ampliarse a su alcance, pero resultó no ser así. No obstante, ella no se deja desanimar. Su entusiasmo es palpable en cada entrevista que realiza, y estoy convencido de que Karen tiene un brillante futuro por delante. Esta es la historia de su vida.
¿Bueno, te llenaste de muy pequeños niños? ¿No había un televisor en la casa o qué? ¿Cuáles son tus hijos envejecidos?
Tengo… no, sí, me dijeron eso. Lo que sucede es que tengo gemelos que empiezan allí. Tengo 13 años, y en la universidad, a muy joven edad de 19 años, todo se vuelve complicado. Tengo otro hijo de 7 años, ¡pero no imaginé que eso se detendría y, «oh, sorpresa!», nacen los gemelos que ahora tienen 5 años… ¡y todos son hombres!
Karen, comienzas a conectar con otras mujeres a través de la comunidad digital, impulsada por tus problemas de peso. ¿Es correcto?
Así es. Al finalizar mi último embarazo de gemelos, mi peso superó los 120 kilogramos, y eso me llevó a una depresión, ya que era muy joven. Alcancé un peso de 132 kg. No me reconocía y no me sentía feliz. Decidí que era hora de perder peso, pero, como ocurre con muchas mujeres, carecía de apoyo. Mi depresión me hizo dudar sobre seguir adelante, pero sabía que era fundamental ser un ejemplo para mis hijos y evitar problemas de salud, lo que se convirtió en otra forma de motivación para mí.
¿Y qué sucedió luego? ¿Apareció alguien en tu camino?
Sin recibir motivación, ni un equipo que me dijera «tú puedes», decidí abrirme en Instagram. Comencé a compartir mi historia, anunciando mi progreso diario. Conecté con mujeres de diferentes partes del mundo, muchas de las cuales se sentían igualmente perdidas y tristes. Ahí fue cuando pensé: «Si muchas enfrentamos las mismas situaciones y sentimos lo mismo, ¿por qué no unimos nuestras experiencias?» Esto me llevó a crear una comunidad en la que no sabía que tenía tanta fuerza.
Así surge la idea de organizar a las amas de casa. ¿Cuál sería el objetivo, entonces?
Al comenzar a crear contenido, empezaba a proponer reflexiones sobre qué significa ser ama de casa, enfocándome en los derechos humanos que tenemos: derechos políticos, sociales y económicos. Para 2023, ya tenía una comunidad bastante sólida en redes sociales, pero no deseaba solo transmitir contenido; así que comenzamos a hablar sobre el cuidado del hogar, la salud mental y economía, ahondando más en esos aspectos fundamentales.
A pesar del apoyo y del intercambio de ideas, ¿qué lograste?
Decidí enviar una carta al vicepresidente Francia Márquez, presentándome como la primera mujer que representaba a las amas de casa y solicitando un espacio para interactuar con entidades gubernamentales. Alguien me advirtió que miles de cartas llegan a la oficina del vicepresidente, y tenían razón; fue un desafío. Sin embargo, tras haber contactado a alguien del equipo de prensa de Márquez, logré que me atendieran. Ella me dijo: «Te ayudaré».
¿Y luego?
Ocho días más tarde, recibí una invitación para asistir a un evento que conmemoraba a 20 líderes mujeres provenientes de diversas áreas. Se prestó atención al papel de las amas de casa, y tuve la oportunidad de dar una charla.
¿Qué mensaje llevaste al evento?
Les expresé que estábamos buscando tres cosas esenciales: primero, el reconocimiento social, donde se valide la economía del cuidado como un trabajo legítimo en el país; segundo, reconocimiento económico, puesto que nuestras tareas merecen generar ingresos y beneficios, como pensiones para quienes nos dedicamos al hogar; y, por último, reconocimiento político que permita que las políticas públicas consideren nuestras realidades.
¿Y con qué respuesta te encontraste?
Me escucharon y me compartieron que mi discurso fue hermoso. Me ofrecieron la posibilidad de colaborar con el Ministerio de Igualdad. Desde entonces, he creado una organización que apoya a más de 1,000 amas de casa en todo el país. Sin embargo, tras regresar a Bogotá, tuve claro que necesitaba formalizar la comunidad, no solo en redes sociales, sino en algo más tangible. Así nació el Proyecto A + Fundación.
¿Cuáles son los objetivos del proyecto?
Tres propósitos fundamentales: trabajamos en salud física, salud emocional y economía doméstica. Todo está enfocado en nuestras amas de casa. Esto se plantea como una base virtual, siendo la primera red de apoyo para mujeres en línea. Las mujeres que se unen poco a poco reciben tratamientos psicológicos; también organizamos entrenamientos deportivos y clases digitales sobre marketing, finanzas y comunicación, sin depender de entidades públicas.
¿Qué mensaje deseas transmitir a otras jóvenes que te lean y que piensan que el rol de ama de casa es limitante?
Les diría que revolucionen la percepción del rol de ama de casa. Esta es una nueva generación de mujeres liderando desde el hogar. Recuerden que nadie decidirá su destino; son ustedes las únicas que pueden alcanzar sus sueños. Ser ama de casa es una profesión que sustenta a la sociedad. ¿Qué pasaría si no existieran amas de casa? Sin nosotras, las familias sufrían, los ancianos se sentirían perdidos, y hasta las mascotas padecerían. Somos la base de la sociedad y, por eso, es esencial que se reconozca nuestro valor.
¿Qué más ambicionas con esta idea, Karen?
Deseo llevar ‘Expo A +’ a cabo. No será una feria de emprendimiento típica, sino una Feria Nacional donde se reúnan amas de casa y se invite a las familias a compartir. También quiero expandir el proyecto a diferentes ciudades, buscando la apertura de programas municipales, especialmente en áreas rurales, donde muchas mujeres aún sienten que ser ama de casa tiene poco valor. Apuntaré a tener representación en el Senado como voz de las amas de casa.
Para finalizar: como ama de casa, ¿ves el futuro del país de manera optimista? ¿Visualizas el futuro de Colombia?
Sí, definitivamente. Creo en que debemos hacerlo posible. Veo un futuro positivo para Colombia siempre que seamos capaces de unir fuerzas con un nuevo liderazgo. Si la sociedad dice: «Queremos un cambio, un cambio real», entonces podemos avanzar como nación. No podemos depender de que las cosas funcionen solas; debemos actuar nosotros para que sucedan.
Y, ¿has cerrado la fábrica de bebés, o no?
Todos me dicen: «¿Y la niña?». Y yo respondo: «No, eso no está en mis planes ya que no llegaron». Mi enfoque estará en seguir defendiendo a las amas de casa en Colombia.
José Manuel Acevedo
CEO de RCN