El Deportivo Cali se enfrenta a un momento crítico en la liga Betplay I-2025, con la posibilidad de una eliminación inminente. Esta situación ha acelerado las conversaciones sobre la posible salida de varios jugadores cuyos contratos están programados para finalizar a mediados de este año. El liderazgo del club ya está trabajando en decisiones estratégicas que son fundamentales para una reestructuración integral del plantel.
Entre los jugadores cuyo vínculo contractual culminará en los próximos meses se encuentran el portero Gastón Guruceaga, el lateral Juan Camilo Angulo y el defensor Fabían Viáfara. Estos tres futbolistas podrían salir como agentes libres, lo que plantea la necesidad de reforzar la plantilla con talento fresco y capacidades específicas que ayuden a mejorar el desempeño del equipo en las próximas temporadas.
Además, a partir de diciembre, se ampliará la lista de jugadores que tienen situaciones contractuales pendientes. Entre ellos figuran nombres como Francisco Meza, Yeison Gordillo y Yulián Gómez, así como jóvenes talentos como Gian Franco Cabeza y Cristian Graciano, este último se encuentra actualmente en condiciones de préstamo, lo que añade un nivel más de complejidad al proceso de reestructuración, ya que su retorno y condición contractual tendrán un impacto en la planificación del futuro del equipo.
También es importante resaltar el caso de Jarlan Barrera, un centrocampista con una vasta experiencia en el ámbito del fútbol colombiano. Su contrato también finalizará a finales de este año, al igual que los de Guzmán Corujo y Juan Sebastián Quintero, lo que amplía la lista de decisiones críticas que debe tomar la administración del club. La evaluación de cada uno de estos jugadores es crucial, ya que el cuerpo técnico está analizando su rendimiento y su contribución general al equipo a lo largo de la temporada antes de decidir sobre posibles renovaciones o transferencias.
Frente a este panorama complicado, el conjunto conocido como ‘Sugar Company’ busca no solo realizar reemplazos específicos, sino también aprovechar esta etapa de transición para consolidar un equipo que no solo compita, sino que aspire a regresar a la prominencia en el fútbol colombiano. Este proceso de reestructuración es visto como una oportunidad para realizar una evaluación profunda de las necesidades del plantel, así como de las carencias que es necesario resolver para el futuro inmediato del club.
Los aficionados también están a la expectativa de cómo se desarrollarán estos cambios y qué impacto tendrán en la próxima temporada. La situación actual exige no solo ajustes en la plantilla, sino también un enfoque renovado en la estrategia de juego, donde la cohesión y el buen rendimiento colectivo se conviertan en prioridades. En definitiva, el Deportivo Cali anhela superar esta crisis y volver a ser un claro contendiente en la liga.