La reciente decisión del Fondo Monetario Internacional (FMI), anunciada el sábado, que implica que Colombia ya no podrá acceder a una línea de crédito flexible, plantea varias repercusiones potenciales. Esto podría resultar en un aumento en los costos de financiamiento y ejercer presión sobre el peso colombiano, que ya enfrenta desafíos considerables en el contexto económico actual.
Adicionalmente, este acontecimiento suscita interrogantes respecto al inusual retraso en la revisión rutinaria de la economía colombiana, un proceso que el FMI supervisa anualmente dentro de lo que se denomina la consulta del artículo IV.
De acuerdo con las declaraciones de José Ignacio López, presidente de Anif, el retraso se atribuye al hecho de que las proyecciones fiscales presentadas por el gobierno nacional son consideradas poco creíbles, especialmente en cuanto a su meta del 5.1% del PIB para el año 2025.
En su comunicado del sábado, el FMI manifestó que «la continuidad de Colombia en la línea de crédito flexible está condicionada a la realización del actual Consejo del Artículo IV», así como a una evaluación a medio plazo de esta misma línea de crédito.
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El anuncio también revela que esta línea de crédito, aprobada por un período de dos años, estará vigente hasta el 26 de abril de 2026, aunque «tomará lugar un examen a mitad de período para evaluar la sostenibilidad de la calificación».
Con la mitad de este intervalo ya transcurrido y sin que el examen intermedio haya comenzado, Colombia no podrá acceder a los recursos de dicha línea de crédito hasta que se satisfagan estas condiciones, aunque la obligación de reembolso sigue vigente.
«No será posible utilizar estos fondos hasta que el gobierno presente un plan fiscal que se considere creíble. El FMI ha subrayado que la situación es confusa y prefiere adoptar una postura prudente en lugar de arriesgarse. No están dispuestos a otorgar recursos a un gobierno que carece de un plan claro», señaló el ex Ministro de Finanzas, Mauricio Cárdenas.
Desde su aprobación el 26 de abril de 2024, Colombia podría acceder a un nuevo tramo de aproximadamente 8,100 millones de dólares destinados a prevenir crisis.
Colombia ha tenido esta línea de crédito flexible desde 2009 y ha podido utilizarla en momentos críticos. La única ocasión en que lo hizo fue durante la crisis provocada por la pandemia de COVID-19.
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En diciembre de 2020, Colombia realizó un reembolso cercano a 5.4 mil millones de dólares, para satisfacer sus obligaciones de pago y enfrentar los retos económicos provocados por la pandemia.
Sin embargo, dado que el FMI ha decidido suspender estos fondos, Colombia perderá un recurso financiero crítico justo cuando se ha revisado a la baja su proyección de crecimiento económico para 2025 de 2.5% a 2.4%.
En palabras de Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo, la decisión del FMI representa una señal de la seriedad de la situación fiscal del país, dado que en 2024 se registró un déficit de 6.8% del PIB, el tercero más alto en más de un siglo.
El año anterior se había dado una violación de las reglas fiscales y para 2025 hay una meta de déficit del 5.1% del PIB que los mercados consideran poco fiable.
«Este es el peor mensaje posible para los mercados financieros. Nos hemos quedado sin recursos justo en un momento en que la economía global es incierta. La línea de crédito flexible era el mayor respaldo para la economía colombiana. El FMI evalúa muy negativamente la situación actual en Colombia; se avecinan tiempos difíciles», agregó Mauricio Cárdenas.
Germán Ávila, Ministro de Finanzas. Foto:Milton Díaz. Tiempo
Consecuencias en la economía colombiana
El ex Ministro de Finanzas y actual rector de la Universidad de Eia, José Manuel Restrepo, afirma que la decisión del FMI crea un panorama de significativas inquietudes, lo que podría resultar en un aumento en la prima de riesgo del país y en los costos de financiamiento público.
«En las últimas emisiones de deuda por parte de Colombia, hemos visto que los costos son entre un 30% y un 50% más altos que los históricos para financiar al gobierno nacional», explicó.
Esto, a su vez, podría traducirse en un costo mayor en los pagos de intereses sobre la deuda pública, lo que a su vez ocasionaría un déficit más amplio y un menor espacio para inversiones productivas y sociales en el presupuesto nacional.
«El impacto será especialmente visible en el comportamiento del peso colombiano, ya que la línea de crédito flexible se percibe como una reserva adicional. Es probable que, este lunes, al abrir el mercado, experimentemos una depreciación del peso colombiano», anticipó José Ignacio López.
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¿Cómo solucionar el problema?
A pesar de que la interrupción de la línea de crédito flexible representa un golpe para la economía colombiana y no resulta completamente inesperada, el presidente de Anif considera que el gobierno nacional aún tiene la oportunidad de mitigar esta situación, ya que esta decisión no es irreversible.
«El gobierno todavía tiene margen para maniobrar, aunque sea limitado, enviado un mensaje fiscal que permita el cierre del artículo IV y mantener abierta la línea de crédito flexible hasta 2026. Es esencial que el gobierno presente un plan fiscal sólido. La situación fiscal está empeorando y mantener esta línea de crédito es crucial en el presente contexto», argumentó.
De manera similar, el director de Fedesarrollo indicó que la decisión del FMI sirve como un nuevo aviso al gobierno nacional y refleja la urgencia de reducir el presupuesto nacional para 2025.
Este ajuste presupuestario deberá incluir un recorte de alrededor de 40 mil millones de pesos para evitar una nueva violación de las normas fiscales, y así continuar avanzando en la disminución de los déficits y el endeudamiento público.
Frente a esta situación complicada, el Ministerio de Finanzas ha afirmado que continúa evaluando las condiciones fiscales en Colombia y que se están implementando medidas económicas que toman en cuenta tanto la evolución de las condiciones domésticas como externas, al tiempo que se enfoca en lograr los objetivos establecidos en el Plan Nacional de Desarrollo.