La igualdad económica de las mujeres se ha reconocido como un motor fundamental para el desarrollo laboral, según afirman las mujeres de la ONU. Con más oportunidades de empleo y acceso a posiciones de liderazgo, se puede esperar un incremento significativo en la eficiencia organizacional y el crecimiento económico en general. De hecho, la ONU señala que las empresas que tienen tres o más mujeres en puestos de gestión tienden a obtener mejores resultados en todos los ámbitos.
En 2017, António Guterres, quien es el actual Secretario General de la ONU, enfatizó que si las mujeres pudieran involucrarse en la economía en pie de igualdad, el Producto Interno Bruto (PIB) global podría aumentar un 26% para el año 2025, lo que representaría un impacto económico de aproximadamente 12 mil millones de dólares.
A pesar de estas proyecciones optimistas, la realidad sigue estando muy lejos de este escenario ideal. Un estudio de Study Capital revela que persisten brechas y retos importantes para las mujeres empresarias en su acceso a redes laborales. «Las mujeres que son activas y productivas se enfrentan a obstáculos significativos en diversas áreas.
El informe, que se basa en una muestra nacional de 984 empresas formales en sectores como servicios, industria, construcción y agricultura, destaca la existencia de obstáculos estructurales que limitan la capacidad de las mujeres para crecer en el ámbito laboral, generar empleo formal y acceder a condiciones laborales dignas.
Contexto
El estudio deja claro que estas brechas no se deben a una falta de talento o dedicación por parte de las mujeres, sino que están arraigadas en condiciones históricas de desigualdad. «La cultura y los roles asignados no solo afectan la salud y bienestar de las mujeres, sino que también limitan su capacidad para contribuir al mercado laboral», explica un experto en financiamiento y productividad en una entrevista con El Tiempo.
En Colombia, las mujeres mantienen una baja participación en las cuentas bancarias. Foto:Getty Images
En el ámbito financiero, por ejemplo, la posesión de cuentas en instituciones bancarias es baja entre las mujeres. Según el Banco Mundial, el 78% de los hombres a nivel mundial tienen una cuenta bancaria, mientras que solo el 74% de las mujeres poseen una, creando una diferencia de seis puntos porcentuales que se agrava en los países en desarrollo. Además, existen también restricciones al acceso a préstamos: en Colombia, la brecha es de 8.78 puntos porcentuales, mientras a nivel mundial es de 2.93%.
Según el análisis de ROA, es fundamental considerar dos puntos: el acceso real y el uso de recursos. En términos de acceso, persisten prejuicios no solo hacia aquellas que emprenden negocios, sino también en los modelos de aprobación de préstamos.
ROA señala que «las mujeres optan por préstamos de menor cuantía y normalmente los destinan a capital de trabajo. Es crucial también que las mujeres tengan la capacidad de realizar inversiones que generen mayores rendimientos.«
Se han identificado brechas significativas en el ámbito empresarial. En 2022, solo el 12.6% de los hombres a nivel mundial habían fundado empresas, frente al 8.1% que lo hicieron. En contraste, solo el 10.1% de las mujeres habían creado negocios, con un bajo 5.5% de tasa de establecimiento. En Colombia, se registraron en 2024 unas 106,000 nuevas empresas, de las cuales las mujeres fundaron 717,000, lo que representa un 46%.
A pesar de este crecimiento, también se ha observado un avance en la participación femenina en puestos de gestión. En 2006, el 43% de las empresas tenían participación femenina en su propiedad, cifra que se incrementó al 62.5% en 2023. En cuanto a los puestos de gestión, el porcentaje de mujeres pasó del 12.1% en 2006 al 24.6% en 2023.
Desafíos
Aunque hay cifras alentadoras, aún persisten muchos desafíos:
La brecha salarial es evidente en Colombia. Foto:Izock
- Las mujeres enfrentan un acceso limitado a productos de crédito en comparación con los hombres. De acuerdo con el informe de inclusión financiera, existe una diferencia de 3.7 puntos porcentuales en relación a los hombres.
- Las mujeres realizan más del doble de las tareas de cuidado no remuneradas. La Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT), implementada en 2021, reveló que los hombres dedican un promedio de 3 horas y 6 minutos a estas actividades, en contraste con las más de 7 horas que dedican las mujeres.
- Se observa una disparidad salarial. Las mujeres ganan un promedio de 6.3% menos que los hombres por un trabajo de igual valor. Según una Encuesta de Ingresos de Hogares (GEI) de 2022, el ingreso mensual promedio para los hombres fue de 1.22 millones de pesos en comparación con 1.15 millones para las mujeres.
Resultados del estudio
El estudio concluye que las mujeres que lideran empresas por lo general presentan menores cifras de ventas: el 80% de las que están a cargo de hombres reportan ventas anuales por debajo de los 139 millones de pesos, cifra que asciende al 93% en las dirigidas por mujeres.
Las empresarias enfrentan una mayor carga de trabajo doméstico o de atención no remunerada. Foto:Izock
Asimismo, las empresarias enfrentan una presión adicional en términos de trabajo doméstico o de cuidado no remunerado: en promedio, dedican 5 horas al día a estas tareas, frente a las 3 horas que dedican los hombres. ROA subraya que es importantísimo reconocer que esta responsabilidad no es un favor especial hacia las mujeres, sino que es una labor que apoya la vida productiva y no debería recaer únicamente sobre ellas.
«Si se les otorgan más espacio y tiempo a las mujeres, no solo podrían participar más en actividades productivas, sino también contar con tiempo para descansar, algo esencial para fomentar la innovación y la creatividad en el ambiente laboral y el emprendimiento,» dice ROA.
Otra observación relevante es que las empresas fundadas por mujeres suelen emplear menos personal. Este fenómeno se debe a que es más difícil para ellas contratar a nuevos empleados, llevando a una mayor dependencia de estructuras familiares.
ROA aclara que se debe tener mucho cuidado al evaluar esta situación. «A menudo, se asume que las empresas de mujeres son menos que las lideradas por hombres, y al comparar ambos tipos de empresa, se observa una menor generación de empleo,» sostiene.
Esta menor generación de empleo está vinculado a prácticas de gestión y condiciones financieras. Los costos de salud y pensiones tienen un impacto significativo en la cantidad total de personal y contrataciones.
A pesar de estos desafíos, es alentador notar que las empresarias crean más oportunidades de empleo para otras mujeres. En promedio, el 65% del personal de las empresas lideradas por mujeres son también mujeres, comparado con el 33% en aquellas que son dirigidas por hombres.
«No solo se trata de ocupar más puestos con mujeres, sino de realizar un trabajo con ellas de manera cercana, para poder generar desarrollo y maximizar las oportunidades que también creamos,» concluye ROA.
El estudio concluye que, si se facilita un acceso equitativo a financiamiento y se implementa una estrategia de gestión efectiva, la brecha en la creación de empleo podría reducirse hasta en un 31 por ciento.
Angie Rodríguez – Escribir la vida de hoy – @ Angs0614
 
								 
															





