El líder social Sergio Bermúdez denunció las amenazas del frente ‘Iván Díaz’, del bloque de ‘Jorge Suárez Briceño’ de las disidencias del FARC, una situación que ha transformado su vida. Reconocido en la despensa agrícola de Huila por su trabajo comunitario y en defensa de la paz, se vio obligado a abandonar su territorio y vender sus propiedades para protegerse de la persecución.
El acoso comenzó hace dos años, cuando grupos armados con presencia en Algeciras comenzaron a darle órdenes que colisionaron con su trabajo social. Exigieron intervenir en conflictos de la aldea, facilitar los vehículos para actividades desconocidas e informar casos de intimidación a sus estructuras. Estas imposiciones lo llevaron a actuar bajo presión y en contra de sus convicciones.
La situación empeoró con ataques a su hogar, la circulación de su nombre como objetivo militar y advertencias frecuentes de muerte. Incluso se le acercó directamente dos veces para recordarle que su vida estaba en riesgo. La única salida era moverse.
Sin embargo, el miedo lo persigue. En septiembre de este año, una granja que una vez era su propiedad en la acera, la perilla parecía incinerada, junto con signos amenazantes de los disidentes, confirmando que continúa a la vista del grupo armado.
Este caso refleja un problema creciente. Según el Defensor del Pueblo en Huila, entre 2024 y 2025 al menos 43 amenazas contra líderes y defensores de los derechos humanos se han documentado, aunque se supone que la cifra real es aún mayor.
 
								 
															





