En Colombia, el reciente anuncio del viernes 2 de mayo acerca de los vehículos provenientes de los Estados Unidos y de otros países, como Brasil y México, que fabrican automóviles siguiendo los estándares estadounidenses, ha generado gran preocupación en el sector automotriz local.
Esta situación afecta directamente a los productos de marcas como Ford, Chevrolet, Toyota y diversas marcas asiáticas que producen sus modelos de acuerdo con las normativas estadounidenses.
Este problema surgió a raíz de una modificación implementada durante el gobierno del ex presidente Iván Duque, que afectó las regulaciones técnicas para el sector automotriz en el país. Ante esta contingencia, el Ministerio de Transporte ha presentado una alternativa que busca mitigar el impacto.
Foto:Izock
Sin embargo, especialistas del sector sostienen que la propuesta presentada por el Ministerio de Transporte en el proyecto de resolución no logra resolver el problema actual, y podría en realidad perpetuarlo. Hasta ahora, los certificados de rendimiento emitidos por los mismos fabricantes en Estados Unidos eran válidos y ayudaban a aprobar las regulaciones técnicas de los vehículos que cumplían con los estándares de EE. UU.
Las regulaciones técnicas en cuestión abarcan un conjunto de especificaciones necesarias para neumáticos, vidrio, frenos y cinturones de seguridad, fundamentales para asegurar la protección de los ocupantes durante un accidente. Sin embargo, tras el decreto del ex presidente Duque, a partir del 2 de mayo de 2025, las certificaciones deben ser emitidas bajo los estándares de las Naciones Unidas, que, en la práctica, corresponden a los estándares de seguridad europeos.
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Esto ha creado serios inconvenientes, ya que en este momento Estados Unidos no dispone de un mecanismo para emitir los certificados de conformidad requeridos por Colombia mediante un tercero independiente que sustituya a los fabricantes. Por lo tanto, en respuesta a esta problemática, el Ministerio de Transporte propone un período de transición de 12 meses durante el cual se podrá presentar un certificado de primera parte hasta que se cumplan los nuevos estándares de calidad y seguridad exigidos en el país.
Sin embargo, lo que se presenta como una solución puede ser percibido como un castigo, debido a que impone una nueva condición que debe cumplirse primero. Esto implica que el problema persiste sin una solución sostenible en la vista. De hecho, el Ministerio de Transporte señala que estos nuevos estándares deberían entrar en vigor para las marcas europeas dispuestas a adaptarse.
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Por otra parte, los expertos están en busca de un período que oscile entre 18 y 24 meses para establecer una nueva regulación que favorezca a la industria estadounidense y para definir quién será el encargado de emitir los certificados de terceros.
Si esta cuestión no se resuelve de manera sostenible, una marca como Ford se vería obligada a rediseñar los sistemas de seguridad de sus vehículos, lo que incluye cinturones de seguridad, conforme a los estándares de las Naciones Unidas, para que puedan ser comercializados en Colombia.
A pesar de esta situación, Colombia posee una mínima participación en el mercado global de automóviles. De los aproximadamente 94 millones de unidades que se estima se venderán en el año 2024, solo 200,000 se espera que lleguen al país, representando apenas el 0.2 por ciento del total.
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En resumen, si la industria estadounidense queda en una posición de estancamiento, Colombia sería uno de los mayores perjudicados, ya que los automóviles que no puedan ingresar al país tienen la posibilidad de ser distribuidos en otros mercados de la región, como Ecuador, Chile o Argentina.
“Considerando la capacidad de compra de vehículos en Colombia, la intención de imponer estándares universalmente reconocidos, pero limitándolos solo a los fabricantes europeos, ha generado esta situación problemático”, comentó un asesor en la materia.
Adicionalmente, la imposibilidad de importar no solo afecta a los vehículos de American Veteed, sino que también repercute en el mantenimiento de automóviles y en la disponibilidad de piezas de recambio, afectando a comerciantes que venden estos vehículos en el país.