De acuerdo con los últimos datos proporcionados por el Departamento de Estadísticas Administrativas Nacionales (días), la actividad económica en Colombia en el mes de febrero experimentó un notable crecimiento del 1.77 por ciento en comparación interanual, de acuerdo con el Índice de monitoreo de la economía (ISE).
El presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, declaró: «Los colombianos no deben acostumbrarse al crecimiento del 1.7 por ciento, una cifra que es positiva.» Sin embargo, el presidente también enfatizó que este crecimiento es principalmente impulsado por el gasto en la burocracia, lo cual no fomenta una prosperidad sostenible para el país.
Estos resultados se comparan entre febrero del año en curso y el mismo mes del año anterior. Jakaline Piraján, economista jefe de Scotiabank Colpatria, agregó que el día adicional en el calendario de 2024 crea una distorsión en la comparación, ya que añade un elemento que puede afectar las cifras de crecimiento.
Si se ajustan estos efectos que derivan del calendario, la economía colombiana ha crecido un 2.96 por ciento en febrero en comparación con el mismo mes del año anterior.
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La economista Jakelina Piraján comentó: «Esto indica que la reactivación económica está en curso, especialmente en el sector de servicios, que sigue liderando esta recuperación».
Entre los sectores que han mostrado el mejor desempeño destaca el sector del entretenimiento y el sector público, que han crecido un 7.63 por ciento. Esta dinamización se impulsa principalmente por las actividades de recreación, ocio y apuestas.
En cuanto al crecimiento acumulado, se observa que el gasto público es uno de los principales motores de crecimiento durante los primeros dos meses del año, lo que genera una preocupación probable entre los inversores sobre su sostenibilidad.
Según CreeDorp Capital, la dinámica del gasto público es problemática debido a las condiciones fiscales y los desafíos que surgen a raíz de recientes cambios en el mercado energético mundial.
Estimaciones de esta firma sugieren que una disminución de $10 en el precio del petróleo podría reducir el crecimiento proyectado para 2025 en 0.4 a 0.5 puntos porcentuales, y entre 1.0 y 1.5 puntos para el próximo año.
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En febrero también se observaron comportamientos positivos en el sector mayorista y minorista (1.65 por ciento), transporte y almacenamiento, así como en alojamiento y servicios de alimentos.
Esto se considera una señal positiva: las familias colombianas están adquiriendo bienes duraderos como electrodomésticos y televisores, productos que requieren un mayor nivel de confianza en la economía y, en muchos casos, acceso al crédito.
Además, se evidencia una recuperación en otros sectores de servicios, destacando el sector financiero (3.50 por ciento), que había mostrado debilidad debido a la desaceleración económica, pero que parece estar recuperando impulso.
No obstante, por el contrario, las actividades primarias como la agricultura y la minería han permanecido casi estancadas en comparación con el año anterior. En febrero, la actividad en este sector cayó un 0.96 por ciento, marcando un retroceso de un período de crecimiento significativo que lideraron cultivos como el café.
En el sector intermedio la construcción aún muestra cifras negativas, aunque las industrias manufactureras aparentan sostener cierta estabilidad.
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Amenaza para el crecimiento económico
Para el año en curso, Scotiabank Colpatria anticipa que Colombia proseguirá con la consolidación de su proceso de crecimiento económico, alcanzando una expansión del 2.6 por ciento.
Este pronóstico se fundamenta en el escenario donde la República continua reduciendo las tasas de interés, buscando así un equilibrio entre controlar la inflación y estabilizar el impulso del crecimiento.
Sin embargo, CreeDorp Capital presenta una visión menos optimista, argumentando que el deterioro gradual de las perspectivas fiscales y factores tanto locales como eventos externos aumentan la probabilidad de ajustar a la baja su estimación de crecimiento para este año (2.3 por ciento).
Mientras tanto, Andi cree que, aunque los resultados de febrero indican un comportamiento mejor en comparación con los registrados en 2024, sigue representando un crecimiento muy bajo en relación a lo que el país históricamente ha registrado y lo que realmente necesita.
Por esta razón, Andi propone aumentar la eficiencia tributaria para el año 2025, cuestión que se ha debatido en el Ministerio de Finanzas con respecto a modificar la retención en la fuente del impuesto sobre la renta.
Esta preocupación es compartida por la presidenta de Amcham Columbia, María Claudia Lacobura, quien sostiene que en lugar de recurrir a pronósticos impositivos, el gobierno nacional debería fomentar el ahorro y la eficiencia fiscal.
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«El desarrollo empresarial es fundamental y debe ser fortalecido, no penalizado.» El ISE debe interpretarse como una señal clara que demanda un cambio urgente en la política económica, uno que impulse la confianza y genere estabilidad», añadió.
El presidente de Fenalco subrayó que «es inconcebible» que se pretenda extraer más recursos del sector privado aumentando la retención de la fuente en un contexto de crecimiento. «Iniciativas de este tipo solo servirían para frenar la economía», afirmó.
Es vital para Andi que el país ofrezca condiciones apropiadas para promover la creación empresarial y que se garantice la sostenibilidad de las empresas existentes, teniendo en cuenta que el sector productivo enfrenta múltiples desafíos.
Algunos de estos retos incluyen el incremento del costo del gas natural debido a las importaciones, el aumento del costo laboral y las mayores responsabilidades impuestos después de la reforma fiscal de 2022, además de la posibilidad de ajustes en las tasas de retención en la fuente.
Asimismo, consideran necesario elaborar e implementar una política industrial que permita que el aparato productivo colombiano salga del ciclo negativo que ha enfrentado en los últimos dos años, genere un mayor valor añadido y tenga la capacidad de invertir y crear más empleos formales.