Las tensiones entre el Congreso de la República y la Cámara de Nariño escaparon nuevamente esta semana, después de que un grupo de más de 20 congresistas enviaron una carta formal a los presidentes del Senado y la Cámara, solicitando declarar a una «persona no agradable» al jefe del despacho del presidente Gustavo Petro, Alfredo Saade. El documento, que también solicita restringir la entrada al Capitolio Nacional, está dirigido por el representante de Huilense Julio César Triana, del Partido de Cambio Radical.
Pedido
La petición surge en respuesta a una serie de declaraciones públicas que Saade ha hecho en los medios y las redes sociales, en las que califica a algunos parlamentarios «mafia» y sugiere que el Congreso obstaculiza el cambio propuesto por el gobierno de Petro. Para los firmantes, sus palabras no solo son ofensivas, sino que representan un «ataque sistemático contra la institucionalidad».
«Las declaraciones del Sr. Saade no solo son irrespetuosas, sino que se rascan la calumnia y el desprecio por esta corporación. No puede permitir que un alto funcionario ejecutivo, con acceso directo al presidente, venga a deslegitimar el trabajo legislativo con acusaciones infundadas», dijo Julio César Triana, promotor de la aplicación.
El congresista Huilense agregó que este no es un evento aislado. «Durante meses hemos advertido la estrategia del gobierno para enfrentar el Congreso cada vez que sus proyectos no avanzan. Saade se ha convertido en el portavoz de la falta de respeto», dijo.
Firmantes
Los congresistas firmantes consideran que la presencia de Saade en el Capitolio es «incompatible con la armonía que debe existir entre las autoridades públicas» y garantizar que su actitud viole la dignidad del Congreso. La carta fue dirigida al nombre de Iván, presidente del Senado, y Andrés Calle, presidente de la Cámara, para estudiar la solicitud en las respectivas tablas de gestión.
Si bien la cifra de «persona no agradable» no tiene efectos legales obligatorios, su declaración tendría un fuerte componente simbólico y político. Según algunos analistas, la medida podría exacerbar aún más la fractura entre el ejecutivo y lo legislativo, justo cuando se están acercando los debates cruciales sobre las reformas estructurales.
Del gobierno no ha habido un pronunciamiento oficial contra la petición, aunque las fuentes cercanas al palacio consideran que la reacción es «desproporcionada». Sin embargo, para los sectores de oposición, este tipo de confrontaciones son consecuencia de un estilo gubernamental que ha optado por el conflicto en lugar de consenso.
Por ahora, el Capitolio espera el pronunciamiento formal de la Junta Directiva. Mientras tanto, la figura de Alfredo Saade continúa generando división entre aquellos que lo ven como un agitador y aquellos que lo defienden como portavoz del cambio.
 
								 
															





