Este martes 22 de julio, la NASA puso dos satélites diseñados para estudiar uno de los fenómenos más peligrosos del clima espacial: las tormentas solares extremas. Con el sol en su fase más activa del ciclo de 11 años, el riesgo de que estas explosiones afecten la infraestructura terrestre han aumentado considerablemente.
¿Por qué las tormentas solares son peligrosas?
Las tormentas solares liberan grandes cantidades de partículas cargadas que viajan por el espacio. Cuando llegan a la Tierra, pueden alterar el campo magnético y causar apagones eléctricos, fallas en satélites, interrupciones en GPS y cortes en las comunicaciones.
El fenómeno más crítico es Reconexión magnéticaque ocurre cuando los campos del sol y la tierra se conectan y reorganizan. Esta interacción puede liberar suficiente energía para paralizar redes eléctricas completas.
Tracers: una misión para comprender el clima espacial
La misión Tracers, desarrollada por la NASA en colaboración con SpaceX, busca estudiar este fenómeno de las regiones más vulnerables del planeta: las cúspides polares. Estas áreas, ubicadas en los postes norte y sur, permiten que el viento solar penetre más fácilmente en la atmósfera de la Tierra.
Los dos satélites gemelos de trazadores operarán en baja órbita, cruzando estas regiones para recopilar datos sobre cómo se comporta la energía solar al interactuar con la magnetosfera. El objetivo es anticipar los efectos de las tormentas futuras y desarrollar estrategias para proteger la infraestructura tecnológica.
Una amenaza silenciosa
Aunque invisible a simple vista, las tormentas solares pueden tener consecuencias devastadoras. Con esta misión, la NASA busca anticipar lo impredecible y asegurarse de que la Tierra esté mejor preparada para enfrentar los desafíos del espacio.
 
								 
															





