El 1 de septiembre de 1985, un equipo de exploradores encabezado por el oceanógrafo estadounidense Robert Ballard y el francés Jean-Louis Michel lograron localizar los restos de RMS Titanic, casi 3.800 metros de profundidad en el Atlántico Norte.
El Titanic, un símbolo de lujo y modernidad en su tiempo, se había hundido el 15 de abril de 1912 durante su viaje inaugural desde Southampton hasta Nueva York, después de colisionar contra un iceberg. La tragedia cobró la vida de más de 1.500 personas, convirtiéndose en uno de los desastres marítimos más recordados de la historia.
El hallazgo de 1985 marcó un hito en la exploración submarina. Las primeras imágenes mostraron partes del casco, calderas y objetos personales, revelando detalles que permanecieron ocultos durante más de siete décadas.
Este descubrimiento no solo resolvió un misterio histórico, sino que también promovió nuevas investigaciones y expediciones que mantienen interés en la historia del legendario transatlántico.
 
								 
															





