¿Trujillo cambia el lado?

La política en Huila sigue sorprendiendo a muchos observadores y participantes del acontecer social. Esta semana, Mateo Trujillo, el Exconcejal de Neiva, ha agitado el panorama electoral al hacer público su interés en aspirar a una curul en la Cámara de Representantes. Sin embargo, lejos de generar un auténtico entusiasmo, su anuncio ha suscitado múltiples dudas y críticas. Esto se debe a una contradicción notable que pone de manifiesto la sensibilidad ideológica y la comodidad que parecen prevalecer en ciertos grupos de liderazgo en la región. La percepción de que las viejas dinámicas políticas aún están en juego puede ser desalentadora para un electorado que anhela cambios verdaderos y genuinos.

Críticos aliados

En los días previos a su anuncio, Trujillo no dudó en destacar el caso de Iván del Partido Verde, quien estuvo involucrado en el escándalo de corrupción de Agrd. Durante su intervención, el Exconcejal hizo alusión a los «líderes locales» que se mostraban reacios a unirse a su lucha contra la Politiqueeria, lo que sugiere una falta de unidad en la esfera política. Además, mencionó al ex CEO adjunto, Oscar Urueña (QEPD), subrayando así el contexto complicado que rodea a su carrera y alianzas actuales. Lo que resulta difícil de comprender para muchos es cómo un individuo que ha tenido posturas tan opuestas ahora decide comenzar su nueva etapa parlamentaria como parte de la misma lista que representa a quienes antes consideraba sus opositores ideológicos: Diana Monje y Camilo Durán, ambos considerados herederos políticos del grupo de Urueña, que hoy se encuentran fracturados.

¿Comodidad o convicción?

El cambio abrupto de Trujillo levanta preguntas válidas y críticas. Surge la inquietante duda de si realmente es un político con convicciones firmes, o si, por el contrario, se trata de una persona que simplemente adapta su discurso a las circunstancias del entorno electoral en el momento. La incoherencia no pasa desapercibida en una época donde los ciudadanos exigen un contexto, transparencia y una verdadera renovación en sus líderes. Aquellos que alguna vez fueron señalados como “políticos” ahora intentan posicionarse como los salvadores en su campaña. Esta contradicción no solo afecta la credibilidad de Trujillo, sino que también siembra dudas sobre la confiabilidad de los proyectos políticos que promueve. En una sociedad que está cada vez más desengañada con sus representantes, los votantes merecen y exigen un liderazgo auténtico y firme, en lugar de una simple apuesta a la oportunidad del momento. Si es que la política de Huila realmente necesita una renovación, este proceso deberá comenzar con menos hipocresía y una mayor claridad sobre las intenciones de sus líderes.

¿Será que la entrada de Trujillo significará una transformación en el paisaje político de Huila? Esta pregunta sigue sin responderse, dejando a muchos expectantes ante el futuro. Esta historia se publicó por primera vez en extra | El diario de todos.

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