Víctimas de abuso infantil en ICBF Garden: denuncian una propuesta de silencio de la institucionalidad – Cronica alterna

En medio del escándalo por el presunto abuso sexual que ocurrió en el «Hogar Infantil Canadá» –Dede F- ubicado en la ciudad de San Cristóbal, al sur de Bogotá, surge un nuevo borde, que ha encendido el debate público sobre la ética institucional y la protección de los derechos.

El caso era conocido en mayo de 2025, cuando varias familias alertaron a las autoridades sobre el comportamiento inusual de sus hijos. Después de las evaluaciones psicológicas y las opiniones del Instituto de Medicina Jurídica, se determinó que al menos tres niños de los años habrían sido víctimas de abuso por parte del maestro Freddy Arley Castellanos Velasco, quien fue capturado y enfrenta cargos por acceso carnal abusivo y actos sexuales con menos de 14 años.

A partir de ese momento, Margie Espinel, madre y portavoz de las familias afectadas, se convirtieron en una figura central en la defensa y la visibilidad del caso. Sin embargo, informó haber recibido ofertas personales del Director del Instituto de Bienestar Familiar Colombiano (ICBF), Cáceres astridEse Espinel interpretó como un intento directo de intimidarla o silenciar su voz.

Según la historia de Espinel recopilada por la revista SemanaCáceres sugirió tomar un «respiro», ofreciendo un viaje para «conocer el mar», la ayuda financiera a través de consignaciones en una cuenta bancaria e incluso una oportunidad de trabajo en el propio ICBF. Estas palabras habrían gobernado durante una reunión el 8 de mayo en la sede institucional, con la pareja sentimental de Espinel presente, que también confirmó las ofertas.

Antes de la queja pública, Cáceres respondió por redes sociales: negó categóricamente que hubiera habido ninguna oferta ilegal, y dijo que era exclusivamente de atención psicosocial y gestión social lo que manejó, sin intención de interferir en el derecho de las familias a ser demandados.

La divergencia entre los testimonios ha generado inquietud en varios sectores: para algunos, las ofertas cruzan la línea ética, a la partida de un funcionario de alto nivel en medio de un proceso judicial. Para otros, sería un gesto incomprendido en un contexto de crisis extrema. En cualquier caso, la oficina del Fiscal General ya ha abierto una investigación previa sobre los hechos.

Hoy, mientras continúa el proceso judicial contra Castellanos (con el presunto agresor privado de Liberty y su defensa intentando la nulidad), el enfoque también está en el ICBF y el director, cuya intervención ha permanecido en el centro de un debate sobre los límites institucionales, la transparencia y el deber del estado para proteger a las víctimas sin generar conflictos de intereses.

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