La violencia continúa teniendo un impacto devastador en Truatumbo. Tatiana y Karen Guillín, que son hermanas menores originarias de El Tarra, fueron trágicamente encontradas sin vida en una remota área rural de Tibú, Norte de Santander. Este suceso ha dejado a la comunidad local en un estado de gran conmoción y duelo.
Las autoridades policiales han confirmado que los cuerpos de las hermanas fueron trasladados a Cúcuta, donde se realizará su identificación formal, mientras prosiguen las investigaciones sobre las circunstancias que rodean este violento acto. La violencia en Tibú ha tomado un giro aún más perturbador con el asesinato de estas dos jóvenes, sucediendo justo en un momento delicado tras el levantamiento del shock interno que había sido impuesto previamente.
Los residentes de la zona, profundamente consternados por el brutal asesinato, han solicitado apoyo para localizar a los familiares de las víctimas, quienes se encuentran sumidos en la tristeza y la desesperación. Además, los habitantes han denunciado la escasa presencia del estado en esta región, que ha sido históricamente dominada por enfrentamientos armados entre disidentes del FARC y el grupo ELN. Este vacío de autoridad ha contribuido a la desoladora situación de violencia que azota constantemente a la comunidad.
El levantamiento del shock interno y el rebote de la violencia; Violencia en Tibú: asesinan a dos hermanas después del final del shock interno
El 24 de abril, el presidente Gustavo Petro tomó la decisión de levantar el estado de shock interno en Catatumbo y en otras regiones del país. Esta medida había sido implementada en enero como respuesta a la seria crisis de orden público surgida a raíz de los enfrentamientos entre grupos armados ilegales.
Sin embargo, a pesar de que el gobierno ha afirmado que las causas que motivaron el shock estaban “conjuradas”, la realidad actual revela una situación alarmantemente diferente. Nuevas masacres, desplazamientos forzados, y un resurgimiento generalizado de la violencia en áreas rurales como TIBU están en plena vigencia.
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A pesar del levantamiento del estado de shock, diversas medidas han permanecido en vigor, tales como el control de combustibles, la protección de las víctimas de violencia, y la inversión en proyectos destinados al desarrollo regional. No obstante, los líderes sociales han expresado su descontento, señalando que la situación de seguridad no ha mostrado signos de mejora, dejando a la población vulnerable y expuesta a los peligros constantes.
Crisis humanitaria en el norte de Santander: desplazamientos y masacres
Es importante destacar que el asesinato de las hermanas Guillín no es un acontecimiento aislado. El 15 de abril, cerca de 150 campesinos se vieron obligados a abandonar sus hogares en diversas áreas del Catatumbo, precipitados por el ambiente de violencia que prevalece en la región.
La crisis humanitaria se ha ido agravando con el tiempo; más de 64,600 personas han sido desplazadas y se han contabilizado más de 100 homicidios recientes, todos en el contexto de enfrentamientos entre el ELN y los disidentes del FARC. Esta situación ha generado un estado crítico y alarmante que exige atención y acción inmediata por parte del gobierno.
Las organizaciones de derechos humanos están haciendo un llamado urgente al gobierno para implementar acciones efectivas que protejan a la población civil, que se encuentra atrapada en medio de una guerra que parece sin fin en el Catatumbo. Sin una respuesta adecuada y efectiva, la comunidad seguirá sufriendo las consecuencias de un conflicto que ya ha cobrado demasiadas vidas y causado un sufrimiento incalculable.